Como Controlar los Celos
Los celos son como una bola de nieve que se hace cada vez más grande, y sus consecuencias suelen ser devastadoras. Algunos dicen los celos me estan matando, otros consideran a los celos como una enfermedad. Pasos para vencer los celos
¿Qué son los Celos?
Los celos consisten en tener miedo de que nos quiten algo que hemos conseguido. Los celos también conllevan un triángulo: tres personas, una de las cuales es la celosa que se fija en un rival (a quien suele malentender), alguien a quien considera un competidor por la atención de la tercera persona.
La Escritura dice que el amor “fuerte como la muerte” producirá unos celos que son tan “crueles como la tumba” (Cnt. 8:6).
Los Celos me están matando
Quizás usted se identifique con esta frase, pero es probable que se identifique más con la siguiente historia de celos en la pareja.
Celos en la pareja
"La joven esposa, celosa de su hermana, sus amigas y sus vecinos, ahora también tenía celos de la nueva compañera de trabajo de su esposo. Sumida en la ira y en la autocompasión, estaba permitiendo que sus celos consumieran sus emociones y perjudicasen su matrimonio. Su esposo, que se sentía agobiado y acusado sin motivo, se sentía frustrado. Ella siempre tenía miedo de algo, de que su esposo la abandonara o tuviera una aventura, pero se comportaba de una manera que aumentaba la probabilidad"
Causas de los celos
La comparación con otros: Desde bien pronto, muchos se han sentido condicionados para verse solo en comparación con otros; son más listos que, menos atractivas que, más populares que, etc.
La baja autoestima o el deseo de ser importante: Cuando las personas no se sienten bien consigo mismas, intentarán constantemente aliviar su sufrimiento buscando sentido en sus circunstancias, en vez de permitir que Jesucristo satisfaga sus necesidades más profundas.
Comportamiento de la persona celosa
Dominio de las relaciones: Los celos, cuando se llevan a un extremo, pueden dominar una relación. Algunos cónyuges que en su infancia padecieron malos tratos o abandono introducen esta patología en su matrimonio. Las cuestiones pendientes del pasado pueden ser el impulsor para desarrollar un círculo vicioso de celos disfuncionales.
Un ciclo consumidor: Un cónyuge siempre celoso usará la autocompasión, las mentiras, las amenazas y otras manipulaciones para controlar una relación. Cuando la otra parte se resiste, la persona celosa contraataca volviéndose más controladora. A medida que pasa el tiempo, este ciclo adquiere velocidad y aboca al desastre.
¿Soy una persona celosa?
A menudo, los celos están enmascarados por otras cuestiones.
1. ¿Cuál es la circunstancia que ha incitado esos sentimientos tan difíciles para usted?
2. ¿Lucha con sus sentimientos de crítica y/o juicio de otros?
3. ¿Se identifica más con los mejores y los más listos en vez de con aquellos que están en los márgenes de un grupo?
4. ¿Ha descubierto que tiende a poner a otros en un pedestal?
5. Hábleme de su matrimonio.
6. ¿Cómo se siente con respecto a las amistades o actividades de su cónyuge?
7. ¿Alguna vez su cónyuge le ha dado motivos para dudar de su fidelidad o su amor por usted?
Pasos para vencer los celos
1. Sea sincero
• Todos nos engañamos de muchas maneras. Aunque es posible que no sintamos que somos víctimas de los celos, estos sentimientos pueden existir bajo muchos disfraces, como la crítica, el menosprecio, el chismorreo, la autocompasión y la manipulación.
• Pida a Dios que le revele sus propias motivaciones y sentimientos. Anote en un diario o en un cuaderno privado lo que Dios le ha mostrado en su corazón.
• Confiese a Cristo las actitudes de su corazón.
2. Concéntrese en Jesucristo
• Dios le ve como a su hijo amado.
• Entréguese a sí mismo y su día a Dios, pidiendo su guía y su presencia durante todo el día.
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3. Desarrolle un estilo de vida de gratitud y adoración
• Cuente sus bendiciones.
• Lea los Salmos como oraciones personales, alabando a Dios por todo lo que Él es y lo que ha hecho.
• Al final de cada día, reflexione sobre las bendiciones inesperadas que ha recibido a lo largo de ese día. Dé gracias a Dios por su amor y su cuidado constantes.
4. Evite actividades que fomenten la comparación
• Pase un tiempo en un centro comercial solo cuando tenga que adquirir un objeto concreto.
• Lea libros que le induzcan a reflexionar sobre la belleza de la vida y las bendiciones externas que tenemos como creyentes (por ejemplo, Lo mejor está por llegar, de Greg Laurie, Gracia venidera de John Piper, y La envidia de Bob Sorge).
• Reduzca la lectura de revistas, vea menos televisión y otros medios que se centren en la obtención de bienes materiales.
6. Interrumpa los sentimientos de celos
• Sea sincero consigo mismo; evite las afirmaciones controladoras o manipuladoras.
• Pase un tiempo con Dios. Sumérjase en la oración y en la Palabra de Dios. Pídale que transforme su necesidad de seguridad en la dependencia y la confianza en Él.
• Transforme su mente. En lugar de permitir que sus pensamientos ansiosos fomenten sospechas tenebrosas, pida a Dios que limpie su corazón y su mente. Pídale que le ayude a amar de verdad: “El amor no es envidioso… no se enoja fácilmente” (1 Co. 13:4-5). Recuerde todos los aspectos positivos de su relación con la persona hacia la que siente celos. Haga algo, en ese mismo momento, para manifestar su amor. Llámela por teléfono, escríbale un correo electrónico.
Los celos en la Biblia
- Ésta es la ley en cuanto a los celos… (Nm. 5:29).
Los antiguos israelitas tenían un ritual complejo para abordar los celos. Su proceso detallado (Nm. 5:11-31) admitía el potencial destructivo de un cónyuge celoso. Lo más importante es que solventaban este asunto delante del Señor (v. 30).
Los celos pueden destruir cualquier relación, y dentro de un matrimonio pueden introducir un elemento de desconfianza.
Para protegerse de esto hay que basarse en la sinceridad. Ambos cónyuges deben reflexionar honestamente sobre su tendencia hacia los celos, respondiendo a la pregunta: “¿Qué me pone celoso?”.
Ambos cónyuges deben expresar sinceramente sus sentimientos. Entonces podrán hablar de lo que pueden hacer el uno por el otro para aliviarlos. La sinceridad y la confianza absolutas contribuirán a destruir los celos.
- Porque donde hay envidias y rivalidades, también hay confusión y toda clase de acciones malvadas.
Santiago 3:16
- Disgustado por lo que decían, Saúl se enfureció y protestó: “A David le dan crédito por diez ejércitos, pero a mí por uno solo. ¡Lo único que falta es que le den el reino!”. (1 S. 18:8).
Saúl se puso celoso de la victoria de David sobre Goliat, y por la atención que la nación puso en él. El joven guerrero había desbancado al rey.
Los celos de Saúl le llevaron a la ira, el resentimiento, el miedo y a un intento de asesinato.
Como una olla hirviente que amenaza con volcarse en cualquier momento, los celos descontrolados pueden llevar a la destrucción.
Debemos llevar nuestros celos ante Dios, pidiéndole que nos ayude a apreciar los talentos de otros mientras, al mismo tiempo, nos enseña a usar los nuestros de la mejor manera.
El celo que siento por ustedes proviene de Dios, pues los tengo prometidos a un solo esposo, que es Cristo, para presentárselos como una virgen pura (2 Co. 11:2).
El término celoso puede usarse positiva o negativamente. Pablo dijo que él sentía “celo santo” por los creyentes corintios. Los celos de Pablo no se centraban en su propia reputación, sino en la seguridad eterna de los corintios.
Sin embargo, los celos humanos tienen a menudo un centro menos noble (como el aspecto, la riqueza, la popularidad o el poder de otro), y resultan perjudiciales para todos los afectados.
Los creyentes deben tener cuidado para no permitir que los celos impíos les perjudiquen a ellos mismos o a otros.
Por lo tanto, abandonando toda maldad y todo engaño, hipocresía, envidias y toda calumnia… (1 P. 2:1).
Los creyentes deben estar tan agradecidos a Aquel que les llamó a ser santos para que deseen ser santos en todas las facetas de su conducta (1 P. 1:15).
Las personas que se comparan con otras se sienten superiores o inferiores a ellas. Dios quiere que dejemos de comparar nuestro aspecto, nuestras posesiones, nuestros trabajos o nuestras capacidades con las que tienen otros, y que nos centremos en ser sus hijos y servirle.
7857 Personas se interesaron por este tema cristiano
Los celos consisten en tener miedo de que nos quiten algo que hemos conseguido. Los celos también conllevan un triángulo: tres personas, una de las cuales es la celosa que se fija en un rival (a quien suele malentender), alguien a quien considera un competidor por la atención de la tercera persona.
La Escritura dice que el amor “fuerte como la muerte” producirá unos celos que son tan “crueles como la tumba” (Cnt. 8:6).
Los Celos me están matando
Quizás usted se identifique con esta frase, pero es probable que se identifique más con la siguiente historia de celos en la pareja.
Celos en la pareja
"La joven esposa, celosa de su hermana, sus amigas y sus vecinos, ahora también tenía celos de la nueva compañera de trabajo de su esposo. Sumida en la ira y en la autocompasión, estaba permitiendo que sus celos consumieran sus emociones y perjudicasen su matrimonio. Su esposo, que se sentía agobiado y acusado sin motivo, se sentía frustrado. Ella siempre tenía miedo de algo, de que su esposo la abandonara o tuviera una aventura, pero se comportaba de una manera que aumentaba la probabilidad"
Causas de los celos
La comparación con otros: Desde bien pronto, muchos se han sentido condicionados para verse solo en comparación con otros; son más listos que, menos atractivas que, más populares que, etc.
La baja autoestima o el deseo de ser importante: Cuando las personas no se sienten bien consigo mismas, intentarán constantemente aliviar su sufrimiento buscando sentido en sus circunstancias, en vez de permitir que Jesucristo satisfaga sus necesidades más profundas.
Comportamiento de la persona celosa
Dominio de las relaciones: Los celos, cuando se llevan a un extremo, pueden dominar una relación. Algunos cónyuges que en su infancia padecieron malos tratos o abandono introducen esta patología en su matrimonio. Las cuestiones pendientes del pasado pueden ser el impulsor para desarrollar un círculo vicioso de celos disfuncionales.
Un ciclo consumidor: Un cónyuge siempre celoso usará la autocompasión, las mentiras, las amenazas y otras manipulaciones para controlar una relación. Cuando la otra parte se resiste, la persona celosa contraataca volviéndose más controladora. A medida que pasa el tiempo, este ciclo adquiere velocidad y aboca al desastre.
¿Soy una persona celosa?
A menudo, los celos están enmascarados por otras cuestiones.
1. ¿Cuál es la circunstancia que ha incitado esos sentimientos tan difíciles para usted?
2. ¿Lucha con sus sentimientos de crítica y/o juicio de otros?
3. ¿Se identifica más con los mejores y los más listos en vez de con aquellos que están en los márgenes de un grupo?
4. ¿Ha descubierto que tiende a poner a otros en un pedestal?
5. Hábleme de su matrimonio.
6. ¿Cómo se siente con respecto a las amistades o actividades de su cónyuge?
7. ¿Alguna vez su cónyuge le ha dado motivos para dudar de su fidelidad o su amor por usted?
Pasos para vencer los celos
1. Sea sincero
• Todos nos engañamos de muchas maneras. Aunque es posible que no sintamos que somos víctimas de los celos, estos sentimientos pueden existir bajo muchos disfraces, como la crítica, el menosprecio, el chismorreo, la autocompasión y la manipulación.
• Pida a Dios que le revele sus propias motivaciones y sentimientos. Anote en un diario o en un cuaderno privado lo que Dios le ha mostrado en su corazón.
• Confiese a Cristo las actitudes de su corazón.
2. Concéntrese en Jesucristo
• Dios le ve como a su hijo amado.
• Entréguese a sí mismo y su día a Dios, pidiendo su guía y su presencia durante todo el día.
?
3. Desarrolle un estilo de vida de gratitud y adoración
• Cuente sus bendiciones.
• Lea los Salmos como oraciones personales, alabando a Dios por todo lo que Él es y lo que ha hecho.
• Al final de cada día, reflexione sobre las bendiciones inesperadas que ha recibido a lo largo de ese día. Dé gracias a Dios por su amor y su cuidado constantes.
4. Evite actividades que fomenten la comparación
• Pase un tiempo en un centro comercial solo cuando tenga que adquirir un objeto concreto.
• Lea libros que le induzcan a reflexionar sobre la belleza de la vida y las bendiciones externas que tenemos como creyentes (por ejemplo, Lo mejor está por llegar, de Greg Laurie, Gracia venidera de John Piper, y La envidia de Bob Sorge).
• Reduzca la lectura de revistas, vea menos televisión y otros medios que se centren en la obtención de bienes materiales.
6. Interrumpa los sentimientos de celos
• Sea sincero consigo mismo; evite las afirmaciones controladoras o manipuladoras.
• Pase un tiempo con Dios. Sumérjase en la oración y en la Palabra de Dios. Pídale que transforme su necesidad de seguridad en la dependencia y la confianza en Él.
• Transforme su mente. En lugar de permitir que sus pensamientos ansiosos fomenten sospechas tenebrosas, pida a Dios que limpie su corazón y su mente. Pídale que le ayude a amar de verdad: “El amor no es envidioso… no se enoja fácilmente” (1 Co. 13:4-5). Recuerde todos los aspectos positivos de su relación con la persona hacia la que siente celos. Haga algo, en ese mismo momento, para manifestar su amor. Llámela por teléfono, escríbale un correo electrónico.
Los celos en la Biblia
- Ésta es la ley en cuanto a los celos… (Nm. 5:29).
Los antiguos israelitas tenían un ritual complejo para abordar los celos. Su proceso detallado (Nm. 5:11-31) admitía el potencial destructivo de un cónyuge celoso. Lo más importante es que solventaban este asunto delante del Señor (v. 30).
Los celos pueden destruir cualquier relación, y dentro de un matrimonio pueden introducir un elemento de desconfianza.
Para protegerse de esto hay que basarse en la sinceridad. Ambos cónyuges deben reflexionar honestamente sobre su tendencia hacia los celos, respondiendo a la pregunta: “¿Qué me pone celoso?”.
Ambos cónyuges deben expresar sinceramente sus sentimientos. Entonces podrán hablar de lo que pueden hacer el uno por el otro para aliviarlos. La sinceridad y la confianza absolutas contribuirán a destruir los celos.
- Porque donde hay envidias y rivalidades, también hay confusión y toda clase de acciones malvadas.
Santiago 3:16
- Disgustado por lo que decían, Saúl se enfureció y protestó: “A David le dan crédito por diez ejércitos, pero a mí por uno solo. ¡Lo único que falta es que le den el reino!”. (1 S. 18:8).
Saúl se puso celoso de la victoria de David sobre Goliat, y por la atención que la nación puso en él. El joven guerrero había desbancado al rey.
Los celos de Saúl le llevaron a la ira, el resentimiento, el miedo y a un intento de asesinato.
Como una olla hirviente que amenaza con volcarse en cualquier momento, los celos descontrolados pueden llevar a la destrucción.
Debemos llevar nuestros celos ante Dios, pidiéndole que nos ayude a apreciar los talentos de otros mientras, al mismo tiempo, nos enseña a usar los nuestros de la mejor manera.
El celo que siento por ustedes proviene de Dios, pues los tengo prometidos a un solo esposo, que es Cristo, para presentárselos como una virgen pura (2 Co. 11:2).
El término celoso puede usarse positiva o negativamente. Pablo dijo que él sentía “celo santo” por los creyentes corintios. Los celos de Pablo no se centraban en su propia reputación, sino en la seguridad eterna de los corintios.
Sin embargo, los celos humanos tienen a menudo un centro menos noble (como el aspecto, la riqueza, la popularidad o el poder de otro), y resultan perjudiciales para todos los afectados.
Los creyentes deben tener cuidado para no permitir que los celos impíos les perjudiquen a ellos mismos o a otros.
Por lo tanto, abandonando toda maldad y todo engaño, hipocresía, envidias y toda calumnia… (1 P. 2:1).
Los creyentes deben estar tan agradecidos a Aquel que les llamó a ser santos para que deseen ser santos en todas las facetas de su conducta (1 P. 1:15).
Las personas que se comparan con otras se sienten superiores o inferiores a ellas. Dios quiere que dejemos de comparar nuestro aspecto, nuestras posesiones, nuestros trabajos o nuestras capacidades con las que tienen otros, y que nos centremos en ser sus hijos y servirle.
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