Como Perdonar las Ofensas
Jesús nos enseña que debemos perdonar y olvidar, pero cómo podemos perdonar a quien nos ha herido?. Como perdonar la infidelidad, una gran ofensa o lo que consideramos imperdonable?, incluso, Como, podemos perdonarnos a nosotros mismos?
- ¿Qué es el Perdón?
- ¿Cómo perdonar al que nos ofende?
- Perdonar de todo corazón
- Perdon y Reconciliacion
- ¿Cómo perdonar una infidelidad?
- ¿Cómo perdonar a la pareja?
- ¿Cómo perdonar y olvidar?
- ¿Por Qué Perdonar?
- ¿Cómo perdonarse a uno mismo?
- El perdón en la Biblia
- Perdonar lo imperdonable
- El perdón de Dios
¿Qué es el perdón?
La falta de perdón es un estado de resentimiento, amargura, odio, hostilidad, ira, temor y estrés hacia un individuo que ha ofendido a alguien de una manera determinada. La falta de perdón es un cáncer que corroe el alma de la persona.
El perdón se produce cuando los sentimientos gélidos propios de la falta de perdón se convierten en emociones cálidas, cariñosas, compasivas, cooperativas y altruistas gracias a una transformación sentida en el corazón.
En Lucas 7:40-47 Jesús nos dice la verdad de que aquellos a quienes se les ha perdonado mucho también aman mucho.
• no significa que sean aceptables los perjuicios que le causaron.
• no disminuye el perjuicio que le hicieron, ni es una negación de lo sucedido.
• forma parte esencial de no permitir que esas heridas continúen doliéndole.
• no elimina las consecuencias que tendrá para la otra persona el pecado cometido.
• significa abandonar el deseo de herir a la otra persona. Dicho en pocas palabras, perdonar significa “cancelar una deuda”.
• no es una debilidad. Es lo más poderoso que puede hacer. Negarse a perdonar permite que Satanás siga perjudicándole; el perdón detiene el poder destructivo de Satanás en su vida.
• no es reconciliación. Para perdonar solo hace falta uno, pero para reconciliarse son necesarios dos.
¿Cómo perdonar al que nos ofende?
Es un proceso difícil e incómodo. Cuando usted toma la decisión de perdonar, Dios ofrece la gracia y la fuerza para perdonar y mantener un corazón perdonador. No depende de los actos de la otra persona, y no es un acto condicionado (por ejemplo, decir: “Te perdonaré si no vuelves a beber alcohol”).
Primero, debemos dejar el sentimiento general de resentimiento. Es decir, debemos tomar la decisión de no consumirnos en nuestro dolor. Esto puede ser difícil. Muchas personas parecen disfrutar albergando autocompasión. Dicen: “Ay, estoy destinado a sufrir”. ¡No, no lo está! Usted puede elegir dejar atrás el dolor.
Segundo, tenemos que dejar los sentimientos de resentimiento hacia la otra persona. Lo que significa que debemos renunciar a nuestra ira por haber sido heridos, y restaurar la relación rota.
Tercero, renunciamos a cualquier deseo de revancha. No se puede perdonar a alguien y al mismo tiempo desearle daño. El perdón verdadero busca el bien de la otra persona, no el castigo.
¿Por Qué Perdonar?
• El perdón le hace libre para que siga adelante con su vida.
• Se niega a dejar que la persona que le hirió tenga poder sobre su vida.
• Abre su relación con Dios (ver Mt. 5:43-48).
• Le impide amargarse, y por tanto protege a quienes le rodean.
• Le impide parecerse a la persona que le hizo daño.
• La falta de perdón no perjudica en absoluto al ofensor; solo le hace daño a usted.
• La Escritura nos ordena que perdonemos (Mt. 18:21-35).
Perdonar de todo corazón
Perdonar a quienes nos han causado algún daño es una orden difícil de obedecer, ya que es más fácil aferrarnos a nuestra ira. Pero como vasos del amor de Dios, los creyentes ya no vivimos de acuerdo con los impulsos de la carne.
El perdón es el acto de renunciar tanto al resentimiento que tenemos hacia alguien como al deseo de desquitarnos. Gracias al Espíritu Santo, cuando alguien nos trata mal, podemos perdonar de corazón y además demostrar amor a esa persona.
Perdon y Reconciliacion
Una persona puede perdonar, pero para la reconciliación hacen falta dos. El perdón no garantiza la reconciliación. Sin embargo, el perdón beneficia a quienes están dispuestos a renunciar a la herida y a las ofensas sufridas por parte de otros.
¿Cómo perdonar una infidelidad?
Comprométase con el proceso de perdón, que será un viaje con varios niveles. Tendrá que tomar decisiones diarias para seguir perdonando. El perdón puede darse incluso si su cónyuge no se arrepiente; la ausencia de arrepentimiento afecta a la reconciliación, pero no al llamado a perdonar y a seguir adelante. "No cometas adulterio. Éxodo 20:14"
¿Cómo perdonar a la pareja?
Ambos cónyuges deben trabajar en la reconciliación: El perdón es un requisito, pero la reconciliación es condicional. Esta se basa en el remordimiento y el arrepentimiento genuinos. Si bien la Biblia nunca defiende el divorcio y aunque muchas parejas siguen juntas y sanan las heridas, es posible que algunas nunca sean capaces de superar el dolor.
Ambos cónyuges: Tendrán que comprometerse a trabajar con su pastor o consejero profesional que pueda ayudarles a evaluar los problemas del matrimonio que pudieran contribuir a la infidelidad, y para que les asista en un plan de sanación o de reconciliación.
¿Cómo perdonar y olvidar?
El perdón nos enseña a proceder en la misma dimensión en que Dios lo ha hecho con nosotros. Cuando nos arrepentimos de nuestros pecados Dios perdona y olvida. El Padre Nuestro hace de la petición del perdón una petición diaria. El perdón siempre debe de estar en nuestro corazón. Olvidar es difícil pero es posible con la gracia y la ayuda de Dios.
Sepa que Dios puede utilizar la ofensa para inducir el crecimiento personal y la dependencia de Él para su plan y su gloria.
Pida la intervención del Espíritu Santo para sanar las heridas emocionales de la persona.
Pida a Dios que ayude a la persona a amar al ofensor. Se dice que todo acto que no esté motivado por la compasión es pecado. Dado que quienes transgreden a menudo están perdidos, quebrantados o heridos, incluso la víctima puede sentir piedad y compasión por el ofensor.
Orar por el ofensor ayudará a que los sentimientos del aconsejado pasen de querer venganza a no querer perjudicarle, y por último a desear lo mejor para el transgresor. Cuando la persona llegue a esta última etapa, conocerá la verdadera libertad.
¿Cómo perdonarse a uno mismo?
Perdonarse a uno mismo es un gran favor que nos debemos dar, si Dios nos ha perdonado, si Cristo en la cruz pagó por todos nuestros pecados, debemos saber que no somos más grandes que Dios, si Dios nos ha perdonado, ¿quiénes somos nosotros para negarnos su perdón?
Borrar los pecados significa dejar la pizarra limpia. Sean cuales fueren los pecados que hemos cometido, Dios promete borrarlos. Sabe lo que hemos hecho, pero nos trata como si nunca hubiésemos pecado. Como Dios nos ha perdonado, debemos perdonarnos a nosotros mismos.
Esta cita es atribuida al teólogo Lewis B. Smedes: “Perdonar es liberar a un prisionero, y descubrir que el prisionero era uno mismo”.
El perdón en la Biblia
Pedro se acercó a Jesús y le preguntó: “Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar a mi hermano que peca contra mí? ¿Hasta siete veces?”. “No te digo que hasta siete veces, sino hasta setenta y siete veces”, le contestó Jesús (Mt. 18:21-22).
Ni siquiera cuente los pecados: siga perdonando.
Entonces Jesús contó una parábola sobre un hombre que, después de que le fuera perdonada una gran deuda que tenía con alguien, se negó a perdonar a otra persona que le debía muy poco. Jesús ilustraba con esto que nosotros, pecadores, hemos sido perdonados por la gracia de Dios, y que Él nos perdona diariamente, una y otra vez.
Debemos manifestar la misma gracia para perdonar a otros. Negarse a perdonar demuestra que no hemos entendido lo mucho que Dios nos ha perdonado.
"Pero si ustedes no perdonan, tampoco su Padre que está en el cielo les perdonará a ustedes sus pecados" (Mr. 11:26).
Jesús afirmó que el perdón que Dios nos concede está relacionado en cierto sentido con el modo en que perdonamos a otros. Cuando aceptamos el perdón de Dios por todas las ofensas que hemos cometido contra Él, deberíamos estar tan agradecidos que esto nos lleve a ofrecer el mismo tipo de perdón a quienes nos han perjudicado.
Negarse a perdonar a otros demuestra que no apreciamos el perdón que Dios nos ofrece.
Perdonar lo imperdonable
No hay pecado o pecado que no pueda perdonarse, las escrituras nos aseguran que la sangre de Cristo nos limpia de todo pecado. "Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros y la sangre de su Hijo Jesús nos limpia de todo pecado". (Juan 1:7)
Si bien la Biblia habla del pecado imperdonable, podemos decir que el único pecado imperdonable en la actualidad, es el de una incredulidad sostenida. No hay perdón para la persona que muera en la incredulidad.
Juan 3:16 nos dice, “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” La única condición para que alguien no sea perdonado es si él/ella no está entre los “todo aquel que en Él cree.”
El perdón de Dios
¿Cuándo perdonó Jesús tu pecado? Hace dos mil años, en la cruz. Dos mil años antes de que acudieras a pedirle perdón, este ya estaba allí: preparado, rico, pleno y gratuito.
Joseph M. Stowell
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La falta de perdón es un estado de resentimiento, amargura, odio, hostilidad, ira, temor y estrés hacia un individuo que ha ofendido a alguien de una manera determinada. La falta de perdón es un cáncer que corroe el alma de la persona.
El perdón se produce cuando los sentimientos gélidos propios de la falta de perdón se convierten en emociones cálidas, cariñosas, compasivas, cooperativas y altruistas gracias a una transformación sentida en el corazón.
En Lucas 7:40-47 Jesús nos dice la verdad de que aquellos a quienes se les ha perdonado mucho también aman mucho.
• no significa que sean aceptables los perjuicios que le causaron.
• no disminuye el perjuicio que le hicieron, ni es una negación de lo sucedido.
• forma parte esencial de no permitir que esas heridas continúen doliéndole.
• no elimina las consecuencias que tendrá para la otra persona el pecado cometido.
• significa abandonar el deseo de herir a la otra persona. Dicho en pocas palabras, perdonar significa “cancelar una deuda”.
• no es una debilidad. Es lo más poderoso que puede hacer. Negarse a perdonar permite que Satanás siga perjudicándole; el perdón detiene el poder destructivo de Satanás en su vida.
• no es reconciliación. Para perdonar solo hace falta uno, pero para reconciliarse son necesarios dos.
¿Cómo perdonar al que nos ofende?
Es un proceso difícil e incómodo. Cuando usted toma la decisión de perdonar, Dios ofrece la gracia y la fuerza para perdonar y mantener un corazón perdonador. No depende de los actos de la otra persona, y no es un acto condicionado (por ejemplo, decir: “Te perdonaré si no vuelves a beber alcohol”).
Primero, debemos dejar el sentimiento general de resentimiento. Es decir, debemos tomar la decisión de no consumirnos en nuestro dolor. Esto puede ser difícil. Muchas personas parecen disfrutar albergando autocompasión. Dicen: “Ay, estoy destinado a sufrir”. ¡No, no lo está! Usted puede elegir dejar atrás el dolor.
Segundo, tenemos que dejar los sentimientos de resentimiento hacia la otra persona. Lo que significa que debemos renunciar a nuestra ira por haber sido heridos, y restaurar la relación rota.
Tercero, renunciamos a cualquier deseo de revancha. No se puede perdonar a alguien y al mismo tiempo desearle daño. El perdón verdadero busca el bien de la otra persona, no el castigo.
¿Por Qué Perdonar?
• El perdón le hace libre para que siga adelante con su vida.
• Se niega a dejar que la persona que le hirió tenga poder sobre su vida.
• Abre su relación con Dios (ver Mt. 5:43-48).
• Le impide amargarse, y por tanto protege a quienes le rodean.
• Le impide parecerse a la persona que le hizo daño.
• La falta de perdón no perjudica en absoluto al ofensor; solo le hace daño a usted.
• La Escritura nos ordena que perdonemos (Mt. 18:21-35).
Perdonar de todo corazón
Perdonar a quienes nos han causado algún daño es una orden difícil de obedecer, ya que es más fácil aferrarnos a nuestra ira. Pero como vasos del amor de Dios, los creyentes ya no vivimos de acuerdo con los impulsos de la carne.
El perdón es el acto de renunciar tanto al resentimiento que tenemos hacia alguien como al deseo de desquitarnos. Gracias al Espíritu Santo, cuando alguien nos trata mal, podemos perdonar de corazón y además demostrar amor a esa persona.
Perdon y Reconciliacion
Una persona puede perdonar, pero para la reconciliación hacen falta dos. El perdón no garantiza la reconciliación. Sin embargo, el perdón beneficia a quienes están dispuestos a renunciar a la herida y a las ofensas sufridas por parte de otros.
¿Cómo perdonar una infidelidad?
Comprométase con el proceso de perdón, que será un viaje con varios niveles. Tendrá que tomar decisiones diarias para seguir perdonando. El perdón puede darse incluso si su cónyuge no se arrepiente; la ausencia de arrepentimiento afecta a la reconciliación, pero no al llamado a perdonar y a seguir adelante. "No cometas adulterio. Éxodo 20:14"
¿Cómo perdonar a la pareja?
Ambos cónyuges deben trabajar en la reconciliación: El perdón es un requisito, pero la reconciliación es condicional. Esta se basa en el remordimiento y el arrepentimiento genuinos. Si bien la Biblia nunca defiende el divorcio y aunque muchas parejas siguen juntas y sanan las heridas, es posible que algunas nunca sean capaces de superar el dolor.
Ambos cónyuges: Tendrán que comprometerse a trabajar con su pastor o consejero profesional que pueda ayudarles a evaluar los problemas del matrimonio que pudieran contribuir a la infidelidad, y para que les asista en un plan de sanación o de reconciliación.
¿Cómo perdonar y olvidar?
El perdón nos enseña a proceder en la misma dimensión en que Dios lo ha hecho con nosotros. Cuando nos arrepentimos de nuestros pecados Dios perdona y olvida. El Padre Nuestro hace de la petición del perdón una petición diaria. El perdón siempre debe de estar en nuestro corazón. Olvidar es difícil pero es posible con la gracia y la ayuda de Dios.
Sepa que Dios puede utilizar la ofensa para inducir el crecimiento personal y la dependencia de Él para su plan y su gloria.
Pida la intervención del Espíritu Santo para sanar las heridas emocionales de la persona.
Pida a Dios que ayude a la persona a amar al ofensor. Se dice que todo acto que no esté motivado por la compasión es pecado. Dado que quienes transgreden a menudo están perdidos, quebrantados o heridos, incluso la víctima puede sentir piedad y compasión por el ofensor.
Orar por el ofensor ayudará a que los sentimientos del aconsejado pasen de querer venganza a no querer perjudicarle, y por último a desear lo mejor para el transgresor. Cuando la persona llegue a esta última etapa, conocerá la verdadera libertad.
¿Cómo perdonarse a uno mismo?
Perdonarse a uno mismo es un gran favor que nos debemos dar, si Dios nos ha perdonado, si Cristo en la cruz pagó por todos nuestros pecados, debemos saber que no somos más grandes que Dios, si Dios nos ha perdonado, ¿quiénes somos nosotros para negarnos su perdón?
Borrar los pecados significa dejar la pizarra limpia. Sean cuales fueren los pecados que hemos cometido, Dios promete borrarlos. Sabe lo que hemos hecho, pero nos trata como si nunca hubiésemos pecado. Como Dios nos ha perdonado, debemos perdonarnos a nosotros mismos.
Esta cita es atribuida al teólogo Lewis B. Smedes: “Perdonar es liberar a un prisionero, y descubrir que el prisionero era uno mismo”.
El perdón en la Biblia
Pedro se acercó a Jesús y le preguntó: “Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar a mi hermano que peca contra mí? ¿Hasta siete veces?”. “No te digo que hasta siete veces, sino hasta setenta y siete veces”, le contestó Jesús (Mt. 18:21-22).
Ni siquiera cuente los pecados: siga perdonando.
Entonces Jesús contó una parábola sobre un hombre que, después de que le fuera perdonada una gran deuda que tenía con alguien, se negó a perdonar a otra persona que le debía muy poco. Jesús ilustraba con esto que nosotros, pecadores, hemos sido perdonados por la gracia de Dios, y que Él nos perdona diariamente, una y otra vez.
Debemos manifestar la misma gracia para perdonar a otros. Negarse a perdonar demuestra que no hemos entendido lo mucho que Dios nos ha perdonado.
"Pero si ustedes no perdonan, tampoco su Padre que está en el cielo les perdonará a ustedes sus pecados" (Mr. 11:26).
Jesús afirmó que el perdón que Dios nos concede está relacionado en cierto sentido con el modo en que perdonamos a otros. Cuando aceptamos el perdón de Dios por todas las ofensas que hemos cometido contra Él, deberíamos estar tan agradecidos que esto nos lleve a ofrecer el mismo tipo de perdón a quienes nos han perjudicado.
Negarse a perdonar a otros demuestra que no apreciamos el perdón que Dios nos ofrece.
Perdonar lo imperdonable
No hay pecado o pecado que no pueda perdonarse, las escrituras nos aseguran que la sangre de Cristo nos limpia de todo pecado. "Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros y la sangre de su Hijo Jesús nos limpia de todo pecado". (Juan 1:7)
Si bien la Biblia habla del pecado imperdonable, podemos decir que el único pecado imperdonable en la actualidad, es el de una incredulidad sostenida. No hay perdón para la persona que muera en la incredulidad.
Juan 3:16 nos dice, “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” La única condición para que alguien no sea perdonado es si él/ella no está entre los “todo aquel que en Él cree.”
El perdón de Dios
¿Cuándo perdonó Jesús tu pecado? Hace dos mil años, en la cruz. Dos mil años antes de que acudieras a pedirle perdón, este ya estaba allí: preparado, rico, pleno y gratuito.
Joseph M. Stowell
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