Sin fe es imposible agradar a Dios. Todo el que desee acercarse a Dios debe creer que él existe y que él recompensa a los que lo buscan con sinceridad.
Hebreos 11.6, ntv
¿Qué es lo que usted espera? ¿Qué deseo se mueve en su corazón? Cuando Dios le habló al respecto, ¿le creyó?
La fe verdadera no es simplemente la seguridad de obtener un cierto resultado; más bien, es la absoluta confianza en el carácter y la capacidad inmutables de Dios, independientemente de sus circunstancias.
Cuando Él le habla al corazón, habla en serio y cumplirá lo que promete (Isaías 55.10–11). Por consiguiente, la fe real confía en que el Dios viviente cumplirá su palabra.