La determinación de servir
El Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir... (Mateo 20:28)
Jesús dijo igualmente: «Mas yo estoy entre vosotros como el que sirve» (Lucas 22:27). La idea que tenía Pablo del servicio era la misma que la de nuestro Señor —«...nosotros como siervos vuestros por amor de Jesús» (2 Corintios 4:5).
Sin saber por qué, tenemos la tendencia a pensar que una persona llamada al ministerio es llamada a ser distinta y a estar por encima de los demás. Pero según Jesucristo, es llamada a ser una «estera» para otros —llamada a ser su líder espiritual, pero nunca su superior. Pablo dijo: «Sé estar humillado...» (Filipenses 4:12, V.M.). La idea que Pablo tenía del servicio era derramar su vida hasta la última gota por los demás. No le importaba si recibía encomios o censuras.
Mientras hubiese un ser humano que no conociese a Jesús, Pablo sentía una deuda de servicio para con él hasta que llegase a conocerle. Pero el principal motivo detrás de esta actitud de servicio de Pablo no era su amor hacia otros, sino el amor hacia su Señor.