La diligencia
“El alma del perezoso desea, y nada alcanza; mas el alma de los diligentes será prosperada” (Proverbios 13:4). Por toda la Biblia la inactividad, la pereza y el descuido son severamente condenados, mientras que la diligencia es altamente encomiada.
Muchos no reconocen la importancia de estos asuntos hasta que es demasiado tarde. No siempre son los genios, los gigantes intelectuales, los que logran la grandeza en esta vida.
Muchos hombres de inteligencia común han logrado grandes triunfos gracias a su diligencia y perseverancia. Salomón dice: “Haber precioso del hombre es la diligencia” (Proverbios 12:27b).
Él también nos dice: “La mano negligente empobrece; mas la mano de los diligentes enriquece” (Proverbios 10:4). La Biblia exhorta: “Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas” (Eclesiastés 9:10). Y en Colosenses 3:23: “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres.” Esto nos debe ayudar a ser cuidadosos y diligentes.