1 Timoteo 4.12; 5.1-2; Eclesiastés 12.1
Comenzaremos con la juventud, la primera etapa en el proceso de la vida, ofreciendo una escala que ascender:
1. Eres una personalidad que despierta: permite que tu ser entero, cuerpo, mente y espíritu, despierten simultáneamente. En la etapa de despertamiento físico, algunos jóvenes comienzan a darle atención especial a su cuerpo, particularmente a su sexo.
Esto es normal y correcto; pero al mismo tiempo puede exagerarse la cuestión del sexo en tal forma que puede darse lugar a la carnalidad y degenerar en la crápula. Pueden la cultura intelectual y el cultivo del alma descuidarse en tal forma que el joven se convierte en un mero cuerpo vacío. Hay que despertar la persona entera: la mente, el alma y el cuerpo, o partes importantes quedarán entorpecidas:
2. Busca alguna Causa a la que le puedas dedicar tus energías y que pueda ofrecer una meta, significación y coherencia a tu vida. Esa causa es el Reino de Dios. “Buscad primeramente el Reino de Dios…y todas las demás cosas os serán dadas por añadidura”. Si obtenemos primero esto, toda nuestra vida, se enderezará bien. De otro modo, todo se trastornará.