Ardua la
tarea de producir La Pasión
RENE RODRIGUEZ
rrodriguez@herald.com
¿Cómo
se puede hacer una película sobre los Evangelios que le guste
a todo el mundo? La respuesta es simple: No se puede.
Cuando
Mel Gibson se acercó inicialmente al guionista Benedict
Fitzgerald con la idea de una película sobre la crucifixión
de Jesucristo que se iba a apoyar fundamentalmente en los
Evangelios --y que se hablaría en arameo, latín
y hebreo sin subtítulos-- la reacción inicial
del escritor fue decir: ``¡Dios mío! Como voy
a hacer eso?''.
Pero Fitzgerald (que
había adaptado trabajos difíciles de Flannery
O'Connor, Joseph Conrad y Truman Capote, dijo que el desafío
era francamente irresistible. Trabajando en estrecho contacto
con Gibson, Fitzgerald se dispuso a escribir ``un guión
extremadamente original basado en algo que la gente cree conocer
bien pero que, en realidad, no es bien conocido''.
Ese ''algo'' era el sufrimiento físico de Jesús
en las horas previas a su crucifixión, una ordalía que los
Evangelios sólo describen en unas pocas oraciones. Durante
los dos años que llevó escribir el guión, Fitzgerald
y Gibson estudiaron los escritos de sacerdotes jesuitas, artículos
clínicos en revistas médicas y meditaciones de místicos
como la hermana Anne Catherine Emmerich, para tratar de conocer
los horribles detalles sobre la flagelación y subsiguiente
muerte en la cruz.
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Fitzgerald dice que la película
fue ideada para experimentarse como ``un testimonio visual, que
es la razón por la que no nos concentramos en explicaciones
o premisas teológicas o cualquier otra cosa que no fuera
el hecho visceral de presenciar algo. En cierto sentido, estábamos
haciendo una película pura. Es sólo una secuencia
de imágenes que nos mete en la historia''.
El énfasis en la imagen
por sobre las palabras es la razón por la que Gibson pretendía
presentar la película sin subtítulos. Pero cuando
las primeras audiencias se sintieron confundidas por las secuencias
en que el diálogo juega un papel esencial, como cuando Jesús
es juzgado ante Caifás, Poncio Pilatos y Herodes, el director
consintió en subtitular partes de la película. |
Los cambios hicieron La Pasión
de Cristo mucho más fácil de seguir, aunque por lo
menos una de los actores del filme lamenta la decisión.
''Ojalá Gibson lo hubiera
dejado sin subtítulos porque le hubiera dado al público
una experiencia extremadamente pura y sincera'', dijo Maia Morgenstern,
que hace el papel de María.
Ahora que La pasión
está llegando finalmente a los cines (en nada menos que 4,000
pantallas), el debate sobre los supuestos matices antisemitas se
sumará a la discusión sobre la violencia gráfica
del filme. James Caviezel, que hace el papel de Jesús, dice
que le atrajo el proyecto precisamente por la concentración
en el sufrimiento y muerte de Cristo.
Gibson dijo haber sabido desde
el principio que basar La Pasión en los Evangelios provocaría
una gran variedad de reacciones. Pero la intensidad del debate lo
ha tomado por sorpresa. Con todo, ''que se hable seriamente del
filme y que se discuta con pasión es bueno'', dijo.
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