Durante más de veinticinco
años he servido al Señor en circunstancias
muy difíciles que solo puede comprender quien las
ha vivido. Durante todos estos años hemos estado
orando y derramando lágrimas por la obra de Dios
aquí en Cuba. Dios nos ha prometido un gran avivamiento
y estamos seguros de que la hora de Dios está llegando.
En 1991, unos cálculos moderados
sugirieron que la iglesia evangélica en Cuba había
crecido a más de un millón de creyentes.
Este fue un crecimiento importante en toda la isla.
Como primer resultado del avivamiento,
se destruyó el mito predominante del régimen
de Castro que dice . Hoy la iglesia evangélica
cubana está llena de gente joven que creció
en el sistema de las enseñanzas ateas. Hasta los
miembros del partido oficial están mostrando interés
en el evangelio.
En segundo lugar, los milagros que Dios
ha hecho sobrepasan toda barrera denominacional. Estas
señales y milagros ocurren tanto en círculos
bautistas, metodistas o pentecostales. La actitud defensiva
de la iglesia evangélica cubana se transformó
en ofensiva. El clamor continúa hoy a lo largo
de la isla: ¡Cuba para Cristo!
El crecimiento de la iglesia fue tan impresionante que
se creó una nueva red de iglesias caseras. A fines
de 1991, el avivamiento generó más de 2.400
iglesias caseras. A mediados de la década de los
noventa había tres iglesias caseras por cada iglesia
oficial. Hoy se estima que hay más de 10.000 iglesias
caseras.
El costo del avivamiento
Un líder de la iglesia que
enfrentó una oposición significativa fue
el Dr. Eliezer Veguilla, hijo de un pastor. Estudió
medicina y se graduó de médico, pero su
pasión era evangelizar a la juventud. Sirvió
a Dios como Presidente de la juventud de la Alianza Bautista
Mundial. Eliezer también formó un grupo
musical llamado El Arpa de David. El grupo recorrió
toda Cuba cantando acerca del amor de Dios. Usaban camisetas
que tenían impresa la proclamación «Cuba
para Cristo» y popularizaron una canción
con el mismo nombre.
Eliezer estaba muy involucrado en la distribución
de Biblias y material cristiano por toda la isla. También
viajaba por muchos lugares mostrando la película
Jesús. Una noche iba a mostrar la película
en una iglesia rural, cuando la policía deliberadamente
cortó la electricidad. Sin embargo, Eliezer tenía
un pequeño generador y como la iglesia era el único
edificio con electricidad ¡Todo el pueblo fue a
ver la película!
El 6 de Enero de 1994 Eliezer organizó un gigantesco
concierto cristiano que se realizó en el Teatro
Nacional de La Habana. Las autoridades se quedaron pasmadas
al ver que más de 3.000 personas asistieron ¡Incluso
el Ministro de Cultura y Religión!
Unas semanas después arrestaron a Eliezer mientras
salía del hospital donde trabajaba. Su era ser
un líder cristiano. Así es como él
describe su experiencia en la cárcel:
“Me encerraron injustamente
en un calabozo. En una ocasión me tuvieron en completa
oscuridad durante más de dieciséis horas
seguidas. Ni siquiera me podía ver las manos. Fui
víctima de intensos interrogatorios y también
de tortura mental y física. Una y otra vez me llevaron
de una sauna hirviendo a una habitación congelada
de frío.”
“En otra ocasión me
dijeron que un pelotón me iba a ejecutar. Mientras
me ’preparaban’ observé señales
de que eso ocurriría ese mismo día. Fue
uno de los momentos más difíciles de mi
vida. Unos minutos antes escuché unos gritos de
terror y después los disparos. Entonces me llevaron
a la habitación donde yo iba a ’morir’.
Los soldados ya estaban alineados y sosteniendo sus rifles.
Mientras tomaban su posición, el líder me
preguntó si yo quería que me vendaran los
ojos. Todo indicaba que muy pronto yo estaría en
la presencia del Señor.”
“No cubran mis ojos. Van a matarme sin razón
y quiero encarar a mis asesinos”, fue todo lo que
pude decir en ese momento: ¡Dios los ama! ¡Jesús
vive! ¡Cuba para Cristo!
Escuché la orden: ¡Fuego! Entonces oí
el sonido de los disparadores y la risa de los soldados.
Todo era una ejecución falsa. Con las pocas fuerzas
que me quedaban en esos momentos seguí gritando:
¡Cuba para Cristo! mientras mis verdugos seguían
riendo.
Después de cuarenta y siete días de interrogatorio
no pudieron encontrar evidencia alguna para sentenciarlo.
Lo pusieron bajo arresto domiciliario y él y su
familia se transformaron en el blanco constante de la
vigilancia y las amenazas de los oficiales.
Lo que sucede hoy en Cuba se debe, en parte, al fundamento
que echaron los misioneros hace muchos años. Se
plantó la semilla, se estableció el testimonio
y la obra continúa. Pero es asombroso ver la dimensión
vital que Dios, por su Espíritu, ha traído
a la iglesia evangélica en Cuba. Y es necesario
ayudar a esta iglesia en oración y con recursos
económicos.
Es emocionante escuchar los muchos milagros que Dios está
haciendo en la isla de Cuba. Es un desafío tremendo
ver las rodillas encallecidas de esos creyentes fieles
que literalmente pasan horas en oración, rogando
a Dios para que mueva los corazones de sus compatriotas.
Y es igualmente emocionante saber que podemos participar
con ellos, en oración, enviando materiales como
estudios bíblicos y libros, y hasta tal vez disponiéndonos
a ir allá.