Domingo de Ramos: El burro que nadie quería. Ese burro atado en Betania, ignorado por muchos, se convirtió en el trono viviente del Salvador.
En los tiempos bíblicos, los burros eran animales de carga, no de prestigio. Un rey llegaba en un caballo de guerra, pero Jesús eligió un pollino “sobre el que nadie había montado” (Marcos 11:2). Según la tradición judía, este animal estaba atado cerca de Betfagé, listo para ser usado en ceremonias religiosas, pero no tenía dueño específico. Cuando los discípulos lo desataron, algunos protestaron, pero ellos respondieron: “El Señor lo necesita”.
Detalle simbólico:
El burro representa humildad y paz (Zacarías 9:9). Mientras Roma usaba caballos para dominar, Jesús usó un burro para mostrar que su reino no era de violencia, sino de amor.
Mensaje:
Dios elige lo insignificante para cumplir sus planes (1 Corintios 1:27).
Aplicación:
¿Hay áreas de tu vida que consideras “poco importantes”? Dios puede usarlas para su gloria.