Eclesiastés 8
8:1 ¿Quién como el sabio? ¿Y quién sabe la declaración de las cosas? La sabiduría del hombre ilumina su rostro, y la tosquedad
8:1 ¿Quién como el sabio? ¿Y quién sabe la declaración de las cosas? La sabiduría del hombre ilumina su rostro, y la tosquedad
9:1 Ciertamente todo esto lo he aplicado a mi corazón, para declarar todo esto: que los justos y los sabios, y sus obras,
10:1 Las moscas muertas hacen heder y dar mal olor al perfume del perfumista; así una pequeña locura, al que es estimado como
11:1 Echa tu pan sobre las aguas; que después de muchos días lo hallarás. 11:2 Reparte a siete, y aun a ocho; porque no
12:1 Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los
1:1 Cantar de los cantares, el cual es de Salomón. 1:2 ¡Oh, si él me besara con besos de su boca! Porque mejores son
2:1 Yo soy la rosa de Sarón, y el lirio de los valles. 2:2 Como el lirio entre los espinos, así es mi amiga
3:1 Por las noches busqué en mi cama al que ama mi alma; lo busqué, y no lo hallé. 3:2 Me levantaré ahora, y
4:1 He aquí que tú eres hermosa, amiga mía; he aquí que tú eres hermosa; tus ojos entre tus guedejas como de paloma;
5:1 Yo vine a mi huerto, oh hermana, esposa mía; he recogido mi mirra y mis aromas; he comido mi panal y mi
6:1 ¿A dónde se ha ido tu amado, oh la más hermosa de todas las mujeres? ¿A dónde se apartó tu amado, y
7:1 ¡Cuán hermosos son tus pies en las sandalias, oh hija de príncipe! Los contornos de tus muslos son como joyas, obra de
8:1 ¡Oh, si fueras como mi hermano, que mamó los pechos de mi madre! Hallándote fuera, te besaría, y no me despreciarían. 8:2 Te
1:1 Visión de Isaías hijo de Amoz, la cual vio acerca de Judá y Jerusalén en días de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías,
2:1 Lo que vio Isaías hijo de Amoz acerca de Judá y de Jerusalén. 2:2 Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será
3:1 Porque he aquí que el Señor, Jehová de los ejércitos, quita de Jerusalén y de Judá al sustentador y al fuerte, todo
4:1 Y siete mujeres echarán mano de un hombre en aquel día, diciendo: Nosotras comeremos de nuestro pan, y nos vestiremos de nuestras