Dios llama a Abraham

Dios llamó a Abraham por sus méritos o por ser mejor que sus compatriotas. La gracia de Dios no busca mérito sino fe.

ABRAHAM: SU LLAMAMIENTO
Génesis 12:1-4
La vida de Abraham, como el curso de un río, tenía muchas vueltas, pero parecía hacerse más profunda y juntar fuerza a medida que seguía. Ningún santo del Antiguo Testamento figura más prominentemente en el Nuevo. Una vida de fe en Dios siempre será fragante para bien.

I. Cuándo vino el llamamiento. Vino cuando vivía en ignorancia e idolatría (Ro. 4:10). No fue llamado por ser mejor que sus compatriotas. La gracia de Dios no busca mérito. Cristo no vino para llamar a los justos, sino a los pecadores. Siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.

II. Cómo vino el llamamiento. Si oyó una voz audible, o si el Espíritu de Dios susurró el mensaje a su corazón, obrando en Él un deseo irresistible, no lo sabemos. Sea como fuere, el llamamiento fue muy personal; Solamente Él podía contestarlo.

El llamamiento de Dios trae responsabilidad individual. Dios no nos llama para ser mejores que nuestros prójimos, sino mejores que nosotros mismos. El llamamiento salvador nos viene por medio del evangelio de Jesucristo.

III. Qué implica este llamamiento.

1 UNA SEPARACIÓN COMPLETA. «Vete.» No debía ser impedido por su país, parentela o la casa de su padre. Era menester romper y dejar atrás todo vinculo y amistad que pudiera estar entre Él y el llamamiento divino. Si un hombre no está dispuesto a abandonar sus pecados, no está dispuesto a ser salvado (Is. 55:7).

2 UNA VIDA NUEVA. Esta vida es una de fe en Dios y comunión con Él: una vida bienaventurada. Todos aquellos que obedecen a Dios viven por fe. Es el trasplante por el Espíritu de la tierra estéril de uno mismo a la tierra rica y fructífera de infinita gracia.

IV. Qué pertenece a este llamamiento.

1 LA PROMESA DE UNA POSESIÓN. «La tierra que te mostraré. » Muchos se detienen cuando Dios llama, pensando qué cosas habrá que abandonar, olvidando lo que Dios ofrece. El hijo pródigo, por supuesto, tuvo que abandonar sus harapos cuando obtuvo el vestido principal.

2 LA PROMESA DE SER HECHO UNA BENDICIÓN. «Te bendeciré, y serás bendición». Todas las familias de la tierra están siendo y todavía serán bendecidas por medio de la simiente de Abraham (Cristo).

Solo podemos ser una bendición para Dios una vez que Él nos haya bendecido a nosotros. Éste es el orden de Dios. Somos salvados para servir. Es de aquellos que vienen a Jesús y beben que corre el agua de vida (Jn. 7:37, 38).

V. Cómo fue recibido el llamamiento.

Parece desprenderse de Gn. 11:31 que Abraham fue guiado por su padre y no por el mandamiento de Dios. Bajo esta dirección solo llegó a Harán. Después de la muerte de su padre Abraham obedeció de lleno (Gn. 12:4).

La sabiduría mundana nunca nos ayudará en la vida de fe. No hay descanso o bendición para aquellos que no hacen más que aproximarse, pero sin allegarse, a Cristo, no importa hasta qué punto hayan avanzado. Cerca del reino todavía significa afuera. Casi salvado quiere decir perdido. Dios aún llama; ¡oídle!

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