Jabes había sido ligado espiritualmente a una vida continua de dolor, sin embargo, a través de la oración logra cambiar su vida para siempre.
¿Cómo te levantas de una condición que te fuerza a vivir con dolor, cómo te revelas ante un destino cierto y desafortunado? Cuando te conectas con Dios, estás nutriéndote del poder necesario y suficiente para revertir cualquier proceso de mal y destrucción sobre tu vida.
1 Crónicas 4:9-10
9 Y Jabes fue más ilustre que sus hermanos, al cual su madre llamó Jabes, diciendo: Por cuanto lo di a luz en dolor. 10 E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: !!Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió.
Su propia madre lo ligó a una vida de dolor, ligó a su hijo a su propia experiencia, ella quiso prolongar su vida de dolor en su hijo. Pero, ¿Cómo poder alterar o revertir el hilo conductor de su vida impuesto por su madre?
Jabes había sido ligado espiritualmente a una vida continua de dolor. Y su oración revela su impotencia, pero al mismo tiempo revela fe para con aquel que puede cambiar nuestra naturaleza espiritual.
Necesitamos la bendición de Dios, la Biblia dice que la bendición de Dios enriquece y no añade tristeza con ella.
1 Fue una oración a DIOS.
2 Fue la oración de un HOMBRE HONORABLE.
3 Fue una oración FERVIENTE. «¡Oh, si me dieras…!»
4 Fue una oración por una BENDICIÓN CONCRETA. «Si me dieras bendición.»
5 Fue una oración pidiendo POSESIONES AGRANDADAS. «Y ensancharas mi territorio.»
6 Fue una oración pidiendo PODER Y CONDUCCIÓN. «Si tu mano estuviera conmigo.»
7 Fue una oración pidiendo PROTECCIÓN DEL MAL. «Y me libraras de mal, para que no me dañe.»
8 Fue una oración que RECIBIÓ RESPUESTA. «Le otorgó Dios lo que pidió.»