“Amar como Jesús nos amó” es el llamado más profundo y transformador que podemos recibir.
“Amar como Jesús nos amó” es un desafío que va más allá de nuestras capacidades humanas. Jesús no solo nos enseñó con palabras, sino con acciones, dando Su vida por nosotros en la cruz. Este amor sacrificial es el modelo que debemos seguir. Pero, ¿cómo podemos amar de esta manera?
El mandato de amar como Jesús nos amó
Jesús nos deja un mandato claro en Juan 15:12-13: “Ámense los unos a los otros como Yo los he amado. Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos.”
Este no es un simple consejo, sino una orden que refleja la pasión de Su corazón. El amor de Jesús es el modelo que debemos seguir, un amor que va más allá de lo superficial y se manifiesta en acciones sacrificiales. Nuestro amor por los demás debe fluir del entendimiento de cómo Él nos ha amado a nosotros.
Aprender a amar siguiendo el ejemplo de Jesús
Amar como Jesús ama no es algo que podamos hacer por nuestra propia cuenta. Es imposible sin Su ejemplo y Su gracia. Para aprender a amar de esta manera, debemos observar, imitar y experimentar cómo Él nos ama. Jesús demostró el amor más grande al dar Su vida por nosotros. Si queremos amar a otros, debemos reflexionar en Su sacrificio y permitir que Su amor transforme nuestro corazón. Como sugiere Max Lucado en El Escogió los Clavos, debemos acercarnos a la cruz, sentir el dolor y entender la profundidad del amor de Dios para poder amar de manera genuina.
El amor sacrificial y el corazón del Evangelio
El amor de Dios es único y excede cualquier otro amor. No está basado en necesidades egoístas, sino en Su naturaleza misma: Dios es amor. Nosotros, como seres humanos, tenemos la necesidad de amar y ser amados, pero nuestro amor debe reflejar el de Jesús. Esto significa amar de manera sacrificial, invirtiendo nuestras vidas en otros sin esperar nada a cambio. El corazón del Evangelio es amar a un mundo perdido y necesitado, tal como Jesús lo hizo. La cruz es el lugar donde aprendemos a amar de manera extravagante y a dar sin medida.
Conclusión:
Jesús nos llama a amar como Él nos amó, con un amor que se entrega por completo. Este amor no se basa en lo que recibimos, sino en lo que Él ya nos ha dado. La cruz es el recordatorio constante de Su amor sacrificial, y es allí donde encontramos la inspiración para amar a otros de la misma manera. ¿Quién necesita hoy que le muestres este amor entrañable?
Oración:
“Dios, muéstrame hoy a la persona indicada para mostrarle amor de la misma manera como Tú me has amado. Amén.”