En medio de las celebraciones navideñas, es fácil perder de vista el verdadero significado de la Navidad: la presencia de Dios entre nosotros.
Dios Está con Contigo
«Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros» (Mateo 1:23).
Esta Navidad, mientras el mundo se envuelve en luces y festividades, hay una verdad que resplandece con mayor fuerza: el Creador del universo, el Santo e Infinito Dios, tomó la forma de un frágil bebé para caminar entre nosotros (Hebreos 2:17).
No fue un acto distante o simbólico, sino una entrega radical de amor. Él, siendo dueño de toda gloria, “se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo… y se humilló hasta la muerte, ¡y muerte de cruz!” (Filipenses 2:7-8). Y aún hoy, no nos deja huérfanos: nos ha dado su Espíritu Santo, nuestro Consolador y Guía permanente (Juan 14:16-18).
Nunca, en ningún momento, estás abandonado. Ya sea en la cima de la alegría o en el valle de la prueba, Dios está a tu lado. Su presencia no es una promesa condicional ni un sentimiento abstracto, sino una realidad inquebrantable. Él es tu refugio en la tormenta, tu fuerza en la debilidad y tu esperanza en la incertidumbre. ¡Este es el verdadero regalo de la Navidad: no solo un niño en un pesebre, sino un Salvador en tu corazón!
Dios Está con Contigo Siempre
Jesús no vino solo a compartir nuestro dolor, sino a transformarlo en victoria. Por eso, hoy puedes confiar, adorar y regocijarte, sabiendo que Él te sostiene. Como escribió el salmista: “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo” (Salmo 23:4). ¡Emanuel ha llegado, y su amor nunca te dejará!
Oración final:
“Señor Jesús, gracias por ser mi Emanuel, mi Dios conmigo. No hay mayor regalo que tu presencia eterna. Hoy te entrego mis temores, mis sueños y mi adoración, porque sé que caminas a mi lado. ¡Que mi vida celebre siempre esta verdad! Amén.”
Palabra para meditar:
“En su presencia hay plenitud de gozo” (Salmo 16:11). ¡Vive hoy consciente de que Él está contigo!