Nuzi

Nuzi (o Nuzu): Montículo, Yorgan Tepe, ubicado 13 km al sudeste de Kirkuk, Irak, en la Alta Mesopotamia. En 1925–1931 algunos arqueólogos descubrieron allí doce estratos de ocupación que datan desde 4500 hasta 1300 a.C. El hallazgo más importante consistió en más de cuatro mil tablillas del siglo XV a.C. escritas en cuneiforme.

Estas tablillas, que son contratos, registros y decisiones jurídicas, representan archivos privados y públicos de cuatro generaciones de hurritas que dominaban el área, y han brindado abundante información sobre la política, la economía y las costumbres sociales de aquel entonces.

Son notables los muchos paralelos entre las costumbres sociales de Nuzi y las de los patriarcas narradas en Génesis. Por ejemplo, parece raro que Abraham pensara en Eliezer, un esclavo, como su heredero (Gn 15.2, 3); pero los textos de Nuzi demuestran que esto era la costumbre en parejas sin niños que hubieran adoptado a un hijo. Este hijo adoptivo tenía que servirles mientras vivieran y lamentarles en su muerte. Su parte era ser designado heredero. Pero, si después les nacía un hijo a los padres adoptivos, este debía ser el heredero principal. Así sucedió con Isaac.

La importancia de tener herederos se ve asimismo en la siguiente explicación escrita en una tablilla: «Si Gilimninu [la esposa] tiene hijo, Senima [el esposo] no tomará otra esposa; pero si Gilimninu no tiene hijo, Gilimninu tomará una mujer de las Lullu [esclavas] como esposa para Senima». Esta costumbre explica lo que hizo Sarai en Gn 16.2 (cf. Raquel en Gn 30.1–4 y Lea en 30.9). T

ambién en forma muy paralela al caso de Isaac, la misma tablilla citada arriba sigue: «Cualesquiera hijos engendrados de Senima de la matriz de Gilimninu, todas las tierras y propiedades se darán a estos hijos». Pero los textos de Nuzi indican que en tal caso el hijo de la esclava no debía expulsarse de la casa. Probablemente esta costumbre explica por qué Abraham no quiso echar a Ismael y Agar (Gn 21.9–14).

Gran número de las tablillas de Nuzi tratan de heredades. Como en el Pentateuco (Dt 21.17), el primogénito debía recibir doble porción de la heredad. Como Esaú en tiempo de necesidad vendió su primogenitura a Jacob (Gn 25.29–34), así también uno en Nuzi vendió su derecho de heredad por tres ovejas.

En algunos casos las hijas podían heredar propiedades en Nuzi, como en el caso bíblico de las hijas de Zelofehad (Nm 27.8). Un texto de Nuzi indica que el testamento oral que hacía el padre en su lecho de muerte tenía validez legal, lo cual nos ayuda a entender la seriedad dada en la Biblia a las bendiciones orales, como en el caso de Isaac a Jacob (Gn 27.35–37).

Toda joven en Nuzi necesitaba un guardián que se encargara de arreglarle matrimonio y darle protección legal. A menudo el propio hermano era este guardián. Semejante costumbre parecía regir según el relato de Gn 24, donde Labán juega el papel principal en el matrimonio de Rebeca. En la relación posterior entre Jacob y Labán y Raquel y Lea se nota gran número de paralelos con las costumbres sociales de Nuzi.

Allí un hombre podía conseguir esposa por ser adoptado por el suegro y trabajar para él. Es muy posible que así fuera el caso de Jacob ya que Gn 29.19 puede sugerir adopción; quizás los hijos propios de Labán nacieron más tarde, pues no se mencionan sino hasta 31.1. Los dioses que Raquel escondió también tienen su paralelo en Nuzi donde el primogénito debía recibirlos.

Se han encontrado muchos otros paralelos con la Biblia. Éxodo 21.7–11 suena casi como una tablilla de Nuzi, ya que allí uno podía conseguir (¿comprar?) una mujer para casarse con ella o para darla a un hijo. En Nuzi también se practicaba el matrimonio por levirato. En los textos de Nuzi se ve que los habiru no eran un grupo étnico, sino un estrato social.

¿Cómo se explica la presencia de costumbres tan semejantes? Por un lado, los hurritas habían absorbido en gran manera la cultura sumero-acádica que influyó en todo el Cercano Oriente desde Persia hasta Siria Palestina. Los patriarcas y los hurritas reflejan mucho de una misma cultura.

Así mismo, las costumbres de los patriarcas se asemejan más a las de Nuzi que a las de otros pueblos conocidos porque los patriarcas habían vivido en el área de Harán (Gn 11.31). Mantenían contactos con sus parientes que vivían allí donde los hurritas (horitas de la Biblia) dominaban culturalmente.

Además de ayudarnos a entender las costumbres de los patriarcas, los textos de Nuzi subrayan la autenticidad de los relatos bíblicos y reflejan fielmente la sociedad de aquella época.

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