Cristo es el Sumo Sacerdote definitivo, del cual Aarón y su linaje eran un tipo.
Cristo se caracteriza por ser un Sumo Sacerdote misericordioso hacia su pueblo, fiel hacia Dios y hacia los suyos al punto de expiar en su propio cuerpo los pecados (Heb 2:17; 3:2).
Es de mayor gloria que Moisés (Heb 3:3) que fue el que consagró al primer sumo sacerdote, compasivo hacia las debilidades humanas por cuanto Él fue tentado también (Heb 2:18; 4:15). En consecuencia, mantiene una invitación permanente a que el débil acuda a Él en demanda de socorro (Heb 4:16; cf. 2:18).
El contraste entre Cristo y los sacerdotes es notable.
Coinciden en que a ambos los constituyó Dios en favor de los seres humanos, han de ofrecer sacrificios por los pecados, y han de tener paciencia con los débiles. Pero difieren en varios aspectos importantes.
- Las ofrendas y sacrificios de los sumos sacerdotes aaronitas eran muchos y continuos, mientras Cristo ofreció un solo sacrificio de una vez y para siempre (Heb 5:1; cf. 7:27).
- La paciencia del sumo sacerdote estaba basada en su debilidad, mientras que la de Cristo proviene de la misericordia como una virtud propia (Heb 5:2; cf. 4:15; 7:28).
- El sumo sacerdote debía ofrecer sacrificios por sí mismo antes de ofrecer el de los pecadores, mientras que Cristo no necesita sacrificio a su favor (5:3; 7:27).
- El sumo sacerdote aaronita ofrecía animales y entraba al santuario con sangre ajena, mientras que Cristo se ofreció a sí mismo y derramó su propia sangre (Heb 9:12; cf. 9:13, 14).
- El sumo sacerdote entraba una vez al año a un santuario hecho con manos (Heb 9:7), mientras que Cristo entró al santuario celestial y una vez y para siempre (Heb 9:11, 24; cf. 9:8).
- El sumo sacerdote tenía que salir del Lugar Santísimo, pero Cristo entró más allá del velo y ha permanecido en él (6:19, 20; cf. 10:12) dejando abierto el camino para que los suyos entren a la presencia de Dios (Heb 10:19, 20; cf. 9:7, 8, y Mt 27:51).
- Los aaronitas fueron muchos, por cuanto por la muerte no podían perdurar, pero Cristo es uno solo eternamente (7:23) y su sacerdocio es inmutable.
- Su sacerdocio no es según el orden de Aarón, sino según el orden de Melquisedec (Heb 9:20; esto implica que también Melquisedec era sumo sacerdote).
- La intercesión del sumo sacerdote era temporal, pero la de Cristo es eterna (7:25).
- El sumo sacerdote era un ministerio imperfecto, porque correspondía a un pacto que caducó, mientras que el de Cristo es un ministerio perfecto que permanece para siempre (Heb 8:16–13).
Cristo Sumo Sacerdote y ofrenda
En suma, Cristo no solo fue Sumo Sacerdote, sino también ofrenda; no solo murió por su pueblo escogido, sino que resucitó y vive eternamente para interceder por él.
Al de Sumo Sacerdote unió otros oficios, como el de Rey y Profeta, con lo que se identifica con Melquisedec, único sumo sacerdote que al parecer reunía los tres oficios.
Por su obra, Cristo nos ha hecho reyes y sacerdotes que debemos ofrecer sacrificios espirituales y reinar con Él (Ap 1:5s; cf. 1 P 2:9). La culminación del Sumo Sacerdote de Cristo ocurrirá cuando aparezca la segunda vez para introducir a los suyos al santuario celestial (Heb 9:28; cf. 6:19, 20).