Este curso se prepara debido a la imperiosa necesidad de “perfeccionar a los santos para la obra del ministerio”. Especialmente para aquellos hermanos deseosos de predicar como “su pastor” o como lo hacen los demás predicadores.
Siempre es desafiante para el cristiano que des-empeña un ministerio dentro de la iglesia local la predicación de la Pa-labra de Dios y por esto el curso para predicadores es en si un reto pa-ra los que nunca han hecho un sermón y lo han predicado.
Algunos conceptos han salido de la experiencia y otros no recuerdo donde los obtuve. Así como dijera Orlando Costas “Vino de plátano agrio; pero es nuestro”.
Son conceptos muy nuestros y aunque pare-cieran algunas definiciones un tanto burdas y no muy pulidas, no le hace, el esfuerzo que me corresponde lo he hecho, seguramente des-pués lo haré mejor.
Con todo mi amor esperando que sea de provecho este curso a todos los líderes de las iglesias locales.
Pbro. Vicente Castillo Jiménez, Mayo del 2000.
Coatepec, Veracruz. México.