El concepto de vid y pámpanos es una metáfora ideal para la vida cristiana. Como una rama es nada aparte de la vid, del mismo modo nosotros no podemos hacer nada sin Cristo.
Santiago está ilustrando aquí la urgencia de obedecer activamente la Palabra. Si no se ocupa de lo que ve mientras usted está mirando en el espejo, se olvidará de lo que vio más adelante.
Somos unos perdedores. Somos como orinales. Sin embargo, mediante la boca de Pablo y otros inadaptados a través de los siglos, la Iglesia, inexplicablemente, avanza en la historia del mundo con inmenso poder, más allá de todo lo demás.