Conocer a Dios por medio de Jesucristo porque nadie mejor que Él puede mostrarlo.
Conocer a Dios por medio de Jesucristo es descubrir que Él no busca grandezas religiosas ni sacrificios vacíos, sino un corazón humilde que camina con Él.
Miqueas 6:6-8
¿Con qué me presentaré ante Jehová y adoraré al Dios Altísimo? ¿Me presentaré ante él con holocaustos, con becerros de un año? ¿Se agradará Jehová de millares de carneros o de diez mil arroyos de aceite? ¿Daré mi primogénito por mi rebelión, el fruto de mis entrañas por el pecado de mi alma? Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, amar misericordia y humillarte ante tu Dios.
El mensaje de Dios
Hay un mensaje sencillo de Dios que se repite una y otra vez a lo largo de la Biblia: Él se deleita mucho más en nuestros esfuerzos por acercarnos a él que en cualquier regalo que podamos darle. Dios anhela relacionarse con nosotros; buscarlo expresa nuestro amor mejor que las palabras.
El privilegio de conocer a Dios
Es un gran privilegio conocer a Dios, y el primer paso de esta bendición es recibir su regalo de vida nueva por medio de Cristo. Nuestro pecado creó un abismo entre nosotros y Dios, pero el Señor Jesús, nuestro mediador, cubrió esa brecha eliminando la separación por medio de su muerte en la cruz. Él hizo posible que nos convirtamos en hijos de Dios.
Por tanto, es imposible conocer al Padre celestial sin conocer a Cristo. Además, cuando confiamos en Cristo, también llegamos a conocer al Espíritu Santo de Dios, quien viene a vivir dentro de nosotros de manera permanente para guiarnos, enseñarnos y consolarnos.
Vivir en comunión con Dios
Para aprovechar aún más el privilegio que el Señor nos ha dado —el de conocer al Padre—, debemos interesarnos en lo que le interesa. Si analizamos su manera de hacer las cosas, entenderemos lo que considera importante. ¡Qué bendición es compartir el corazón de Dios por el mundo y estar involucrados cada día en lo que Él está haciendo a nuestro alrededor!