Como Dios, no se conformó con crear al varón sino que decidió formar de sus huesos una ayuda adecuada para él, el hombre necesita de la mujer y ésta del varón. Ella no es sólo la madre, la compañera, la esposa, la amiga, la hija, la hermana, la abuela; ella es la mejor imagen de la Iglesia en la Biblia, es decir la Esposa de Jesucristo.
Dios tiene en Su mente omnisapiente y creativa la imagen de un ser dulce, misericordioso, laborioso, humilde y de aspecto bello, con la maravillosa capacidad de traer a la vida otros seres humanos. Este ser no es un hombre ni es un ángel; este ser en el cual ha puesto aquellos dones es la mujer.
Si bien es cierto que la caída del ser humano, según el relato de Génesis, comenzó por la desobediencia de la mujer, las descendientes de Eva fueron honradas con el nacimiento del Salvador del mundo a través de María, "bendita entre las mujeres", "llamada bienaventurada por todas las edades".