Tal vez fue debido a su falta de disposición para matar a un loco porque temía a Dios por sobre todas las cosas.Seguramente fue por su habilidad para danzar por las calles de Jerusalén.
O a lo mejor que fuera tan vívidamente humano y la evidencia resultante de que nunca podremos pecar más allá de la capacidad de Dios de perdonarnos. No puedo elegir un motivo por el cual un joven pastor-rey de la antigüedad me deslumbra de esta manera, vez tras vez.
Simplemente me cae bien. Su historia me da esperanza y me hace tener un renovado temor reverente. Veo muchas cosas en él que me gustaría tener y muchas otras que me moriría de miedo si las tuviera.
Dios eligió a David. A primera vista, la elección no tenía sentido; pero Dios no se basa en el sentido, sino en la gracia. Dios te llamó a ti y también a mí. Él sabía lo que estaba haciendo.
En muchas maneras, la vida de David preanunció o plasmó detalles de la vida de Cristo. Dios puso de manifiesto lo desconocido acera del Mesías por medio de lo conocido acerca de David. David no fue divino ni perfecto, como pronto descubriremos, pero Dios lo ha usado para enseñarnos verdades acerca de Aquel que sí lo es.