En la vida cristiana, se nos presenta un llamado a vivir de acuerdo con los principios y mandamientos establecidos por Dios. Estos deberes cristianos no solo son una lista de reglas a seguir, sino una expresión de nuestra relación transformadora con nuestro Creador.
La oración es la conexión directa con el corazón de Dios. En Lucas 18:1, Jesús nos enseña la importancia de la persistencia en la oración, recordándonos que siempre podemos acudir al Señor en oración, encontrando refugio en Su presencia (Salmo 91:1). Además, Mateo 6:6 nos exhorta a orar en secreto, donde el Padre nos escucha y nos recompensa abiertamente.
La lectura y meditación en las Escrituras nos nutren espiritualmente y nos guían en la vida cristiana. Colosenses 3:16 nos insta a dejar que la Palabra de Cristo habite en nosotros ricamente, enseñándonos y amonestándonos unos a otros con toda sabiduría, mientras que 1 Pedro 2:2 nos anima a desear sinceramente la leche espiritual, creciendo en ella para la salvación.
La comunión con otros creyentes en los cultos de la iglesia fortalece nuestra fe y nos edifica mutuamente. Hebreos 10:25 nos exhorta a no dejar de congregarnos, sino a animarnos unos a otros, y aún más al ver que el día del Señor se acerca.
Compartir nuestro testimonio de fe con otros es esencial en la vida cristiana. Romanos 10:9-10 nos recuerda que con el corazón se cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvación, mostrando que nuestro testimonio público de fe es parte integral de nuestra relación con Dios.
La generosidad en dar nuestras ofrendas al Señor es una expresión de gratitud y confianza en Su provisión. Malaquías 3:7-12 nos insta a traer los diezmos y ofrendas al alfolí, para que haya alimento en la casa de Dios, y 2 Corintios 9:7 nos recuerda que cada uno debe dar según lo haya determinado en su corazón, no con tristeza ni por obligación, porque Dios ama al dador alegre.
La sinceridad en nuestra adoración y servicio a Dios refleja la pureza de nuestro corazón. Juan 4:24 nos enseña que Dios es espíritu, y quienes lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad, mientras que Mateo 5:8 nos dice que los limpios de corazón verán a Dios.
Comparecer ante el Tribunal de Cristo nos recuerda nuestra responsabilidad de rendir cuentas de nuestras acciones delante de Dios. En 2 Corintios 5:10, Pablo nos advierte que todos compareceremos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo. Este recordatorio nos motiva a vivir una vida digna del llamado al que hemos sido llamados, sabiendo que nuestras acciones tienen consecuencias eternas.
Además la Biblia nos otorga numerosos favores y beneficios que impactan nuestras vidas de manera significativa. Aquí hay algunos de ellos, respaldados por versículos bíblicos:
- Guía y Dirección: La Biblia nos guía y nos muestra el camino que debemos seguir en la vida. Como dice en Salmo 119:105 (NVI): "Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino." La Palabra de Dios ilumina nuestro camino y nos guía en la dirección correcta.
- Conocimiento de la Verdad: La Biblia nos revela la verdad acerca de Dios, de nosotros mismos y del mundo que nos rodea. Jesús dijo en Juan 8:31-32 (NVI): "Si se mantienen fieles a mis enseñanzas, serán realmente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres."
- Instrucción para una Vida Piadosa: La Biblia nos enseña cómo vivir una vida piadosa y agradar a Dios. Como dice en 2 Timoteo 3:16-17 (NVI): "Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra."
- Consuelo y Esperanza: La Biblia nos brinda consuelo en tiempos de dificultad y nos da esperanza para el futuro. Romanos 15:4 (NVI) dice: "Todo lo que se escribió en el pasado se escribió para enseñarnos, a fin de que, alentados por las Escrituras, perseveremos en mantener nuestra esperanza."
- Transformación Personal: La Biblia tiene el poder de transformar nuestras vidas y renovar nuestras mentes. Pablo nos anima en Romanos 12:2 (NVI): "No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta."
Estos son solo algunos de los favores que debemos a la Biblia, y hay muchos más. La Palabra de Dios es un tesoro invaluable que enriquece nuestras vidas y nos equipa para vivir de acuerdo con su voluntad.
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