El bebé se mal acostumbró? ¿Puede dormir en la cama con los padres? ¿Estar a upa todo el día? ¿Es chiquito y no entiende? Estos son algunos de los prejuicios sobre los que todos los padres, primerizos o no, realizan preguntas en la consulta del pediatra. Es que la maternidad no es sólo un momento de inmensa felicidad —como está entendida culturalmente— sino que también está atravesada por incertidumbre, miedos y dudas.
Qué mamá o papá no se preguntó alguna vez si su bebé tiene que comer cada tres horas o cada vez que pida; o se replanteó que, al fin y al cabo, que llore no es tan malo porque, según dicen, le hace bien a los pulmones.
Sucede que alrededor del moisés del recién llegado nunca faltará la abuela, tía o vecina que despliegue una serie de "verdades absolutas" sobre las necesidades de los bebés. Muchas veces esas expresiones están cargadas de mitos, prejuicios y creencias populares que en lugar de ayudar causan más confusión, sobre todo en los papás primerizos.
Aquí se plantean diez mitos acerca de la crianza de los bebés. Y responden pediatras, psicólogos y especialistas en lactancia.
Nos tomó el tiempo
Se cree que si el bebé sigue llorando a pesar de que comió y tiene el pañal limpio, lo único que busca es estar en brazos. No es tan simple. "Depende del tipo de llanto", aclara el neonatólogo Eduardo Pucci, con más de veinte años de experiencia en el Hospital de Niños de La Plata. "Si es continuo, es probable que se haya quedado con hambre; y si de pronto irrumpe en llanto, para y vuelve a llorar, tiene cólicos y hay que ayudarlo con masajes en la panza", explica. "Pero también puede llorar por angustia: se calma abrigándolo en brazos, que sienta el olor de la mamá. No le tomó el tiempo: aprendió qué le provoca satisfacción, como nos sucede a los adultos".
La teta no lo alimenta
Dicen por ahí que no todas las madres tienen la suerte de producir buena leche. Mónica Tesone, coordinadora de la Liga Internacional de la Leche, tira por tierra esa idea. "Hasta las mujeres desnutridas son capaces de producir leche acorde a las necesidades de crecimiento de su hijo.
En la mayoría de los casos —asegura—, si el bebé no aumenta bien de peso se debe al consumo insuficiente: poco tiempo al pecho, largos intervalos entre tomas o algún problema orgánico". Pucci advierte que "si el bebé es grande y muy apetitoso puede pasar que la leche materna no le alcance, entonces se indica un complemento. En la mayoría de los casos, el bebé se calma y la producción de leche mejora porque la mamá también se tranquilizó".
Come cada 3 horas
Eso se decía hace tiempo. Ahora, se descartan pautas rígidas en la alimentación del bebé. "Hay que amamantar cada vez que lo demande el bebé", afirma el pediatra Hugo Gluzman. "Cada bebé es distinto, y cada día es distinto; por eso decimos 'lactancia a demanda'", subraya Tesone.
Upa, ¿sí o no?
En los consultorios de los pediatras aclaran que más que un mito se trata de un consejo. Sucede que el bebé "no es tonto" y elige los brazos porque le gusta y está cómodo. Tenerlo a upa no está nada mal, aclaran. El problema es la falta de tiempo de los padres, las obligaciones que impone la sociedad moderna.
Se mal acostumbra
Laura Gutman, directora de Crianza, una institución dedicada a la maternidad, explica que cuando el bebé nace, "espera encontrarse con la misma calidad de experiencia que la que vivió en el vientre de la madre". Gluzman agrega: "Se teme que los padres sean excesivamente demandados porque a veces lo que falta es mayor disponibilidad y entrega".
Llorar le hace bien
En este punto, hay posiciones encontradas. Para el neonatólogo Pucci, este mito tiene algo de razón: "El llanto es un esfuerzo — como en los adultos es correr—, y eso en el bebé aumenta la presión pulmonar y fortalece su sistema vascular.
No digo que hay que dejarlo llorar: sí, que en primer lugar hay que considerar que el llanto no es malo, es algo natural; y luego buscar su causa y tratar de satisfacer al bebé". Tesone, que además es psicóloga, sostiene que el bebé "expresa lo que siente llorando. Además de reducir los niveles de oxígeno en la sangre y de aumentar los latidos cardíacos, el llanto desatendido es perjudicial para el desarrollo emocional y cognitivo del bebé".
Sólo come y duerme
Los expertos señalan que es probable que eso suceda al principio porque hasta los 45 días los bebés duermen hasta 22 horas por día. Pero así y todo la mayoría ya sabe cómo reclamar la presencia de la mamá y de un adulto. Después del mes y medio, aproximadamente, empiezan a hacer muchas cosas: a sonreír (se llama "sonrisa social"), emiten sonidos guturales y reconocen caras y objetos (ver Cómo perciben...).
Es chiquito y no entiende
Todo lo contrario: neurológicamente maduran en forma asombrosa. Los bebés entienden una sonrisa, una caricia, el cambio del tono de voz, una expresión suave y un reto. "Si el adulto es capaz de explicar con palabras sencillas 'lo que pasa' los bebés son increíblemente solidarios y comprenden las situaciones relatadas", describe Gutman.
Debe dormir en su cuna
Este es otro punto con posiciones encontradas. Hay quienes dicen que lo mejor es que al mes el bebé empiece a dormir en su habitación, por él y por la intimidad de la pareja. "Pero hay estudios que demuestran que el 'colecho' permite que el bebé esté más protegido inmunológicamente porque mama con más frecuencia y respira con armonía, como en la panza de mamá.
Salva a la pareja en crisis
"Cuando la pareja no quiere pensar qué le está pasando aparece una respuesta para tapar el conflicto. A veces, puede ser un bebé", cuenta la psicoanalista Gabriela Pedrotti y evalúa: "Pero un hijo no salva a una pareja en crisis. Ocupa el lugar del mesías salvador más que el de alguien a quien la pareja debe sostener".