Descubrí que mi esposa me es infiel. Tenemos tres hijos. Yo soy un hombre muy ocupado y lleno de compromisos. Noté que mi esposa tenía muchas
actividades fuera de la casa, pero jamás imaginé que yo la pudiera ver de paseo con otro hombre.
Cuando comprobé que en realidad me era infiel, quedé destrozado moralmente. No sé qué actitud tomar. Estoy pensando en separarme o divorciarme de ella, pero amo mucho a mis hijos, y sé que sería muy duro para ellos afrontar nuestra separación. Apreciaré su consejo.
Respuesta:
De veras que es triste descubrir la infidelidad. El
caso suyo es un tanto distinto, porque a menudo la infidelidad en el matrimonio es por parte del hombre.
Primero, la separación o el divorcio es siempre una cuestión muy complicada y dolorosa. Dice Romanos capítulo 7:
"¿Es que no comprenden todavía mis hermanos en Cristo conocedores de la ley, que cuando una persona muere, la ley pierde todo su poder sobre ella? Por ejemplo, cuando una mujer se casa, la ley la ata al esposo mientras éste viva. Pero si el esposo muere, ella deja de estar atada a él y deja de estar sujeta a las leyes matrimoniales. Si desea casarse de nuevo, puede hacerlo.
Esto sería incorrecto si el esposo viviera, pero es correcto si éste muere".
En una palaba, lo que su esposa ha hecho, según la Biblia, es un pecado despreciable.
Segundo, señor, considere usted una reconciliación con su esposa. Yo quisiera que usted le pregunte francamente a ella en qué le ha fallado usted. Además, pídale perdón. Yo sé que esto es difícil. Sin embargo, usted bien dice que ama a sus hijos y sin duda me ha escrito porque ama a su mujer.
Es posible la reconciliación. Si Dios se reconcilió con nosotros, siendo que El es perfecto y nosotros tan viles, podemos reconciliarnos los unos con los otros si nos humillamos y estamos dispuestos a tomar esa actitud. Pero usted va a tener que humillarse mucho.
Sin duda su esposa ha ido a buscar el afecto de otro hombre por cuanto usted
quizá no ha sido todo lo que debiera ser. Usted mismo me dice que ha estado muy lleno de compromisos, muy ocupado.
A lo mejor usted ha ignorado a su esposa, quizá ni siquiera le ha dado la mínima satisfacción íntima y personal que la Biblia y la razón indican que usted debe darle; porque creo que si ella hubiera estado satisfecha, difícilmente habría ido a buscar a otro hombre. Usted va a tener que pedirle perdón por las fallas suyas.
Cuando vaya en busca de la reconciliación, no empiece a acusar. Ella fracasó; ha sido infiel. Es cierto, pero si usted quiere una reconciliación tiene que humillarse; preguntar dónde falló, pedir perdón a su mujer y a Dios, y luego quizá ella también se humille y pida perdón.
En tercer lugar, le hago la pregunta, ¿es usted el líder de su hogar? Efesios capítulo 5 dice:
"El esposo es cabeza de la esposa, de la misma manera que Cristo es cabeza de ese cuerpo suyo que es la iglesia".
¿Ha sido usted el líder de su hogar, o ha estado tan ocupado en sus negocios que se olvidó que su hogar es su responsabilidad número uno? Qué triste y qué trágico cuando un hombre le da más liderazgo a sus negocios que a su mujer y a sus hijos.
Por lo tanto, no es sorprendente que su esposa se haya ido tras otro hombre, que a lo mejor le mostró más afecto. De ninguna manera estoy justificando la impureza y el proceder de su esposa, sin embargo, quizá en parte la responsabilidad sea suya, caballero.
En cuarto lugar, ¿ha amado usted a su esposa y se ha interesado más por ella que por sus negocios? Dice San Pedro en el capítulo 3:
"Recuerden esposos, cuiden a sus esposas, sean considerados con ellas, porque son el sexo débil. Ustedes y sus esposas son socios en cuanto a la recepción de las bendiciones de Dios".
Que Dios lo ilumine y lo guíe para que usted y su esposa puedan tener un hogar feliz, donde Cristo sea el centro.
Luis Palau