En primer lugar, indudablemente sus tentaciones son fuertes. Su caso es muy difícil, pero usted debe recordar que al casarse le prometió a su esposa, a todos sus familiares y a Dios también, que permanecería con ella en las buenas y en las malas, en salud y enfermedad, hasta que la muerte los separe.
Aunque yo simpatizo profundamente con su problema y sus tentaciones, sin embargo, si usted tuviera relaciones íntimas con otra mujer debido a que su esposa tiene cáncer, jamás sentiría paz total.
Un sentido de indignidad invadiría todo su ser, porque realmente lo suyo sería un acto traicionero. ¿Usted quisiera que su esposa lo hiciera con usted si fuera usted la persona con cáncer?
Segundo, es claro que si su esposa llega a morir, usted está libre para casarse de nuevo. De eso no hay la menor duda. La Biblia dice en Romanos capítulo 7:
"La mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras éste vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido".
Podemos decir que lo mismo es vice versa. Continúa diciendo:
"Así que, si en vida del marido se uniera a otro varón será llamada adúltera; pero si su marido muriere es libre de esa ley, de tal manera que si se uniere a otro marido no será adúltera".
Así que, si su mujer muere, usted sí tiene libertad para casarse, pero hasta entonces, no.
Tercero, la Biblia dice que sería un grave pecado que debido a la enfermedad cancerosa de su señora usted tuviera relaciones íntimas con otra mujer. En Hebreos capítulo 13 leemos estas duras e inequívocas palabras:
"Honroso sea en todos el matrimonio y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios". Así que Dios lo prohíbe.
Cuarto, sólo Cristo le puede dar a usted la fortaleza física y espiritual para afrontar con éxito esta tentación, y no tan sólo ésta, sino todas las tentaciones de su vida. Jesús dijo:
"Para los hombres es imposible, mas para Dios todo es posible" (San Marcos capítulo 10).
Usted a lo mejor me dice, "Es que yo ya no tolero la tentación". Sí, con el poder interno de Dios usted puede vencer la tentación.
Usted me dice, "He intentado pero no he podido". Entonces es porque todavía no tiene a Cristo en su corazón, en su vida. Quizá usted todavía no le ha abierto la puerta de su alma, y por eso está luchando solo con la tentación.
Yo le invito ahora a que le abra su vida a Cristo que murió, pero ahora vive. El va a entrar, se va a apoderar de sus pensamientos, sus pasiones y tentaciones, y le va a dar fuerza para vencer; porque dice la Biblia:
"Todo lo puedo en Cristo que me fortalece" (Filipenses capítulo 4).
Luis Palau