Según la Biblia, el ser humano es tripartito. Se divide en cuerpo, alma y espíritu.
El cuerpo es la parte fisiológica del ser humano. Porque tenemos cuerpo comemos, bebemos, dormimos, corremos, descansamos, etc.
El alma es la parte sicológica del ser humano. Las emociones, la voluntad, el intelecto. El alma distingue al ser humano de los demás seres existentes sobre la tierra. Además, el alma destaca a cada ser humano como un ser único y diferente en su género.
Yo tengo mi propia personalidad, y la suya es diferente a la mía.
El espíritu es la parte de nuestro ser por medio de la cual podemos comunicarnos con Dios y entablar una amistad personal con El. Dice la Biblia en Génesis capítulo 1 que "Dios creó al hombre a su imagen y semejanza", eso significa que también nos hizo espíritu, para poder comunicarnos con El.
Una persona es cristiana, cuando Dios mora en el espíritu de esa persona. La Biblia señala en Ia. Corintios capítulo 6: "El que se une con el Señor, un espíritu es con El".
El alma, el cuerpo y el espíritu están íntimamente ligados entre sí y es imposible separarlos. Cuando una persona muere, el alma y el espíritu se separan de su cuerpo para ir a donde Dios haya determinado.
En relación al espíritu, dice la Biblia en Ia. Corintios capítulo 2:
"¿Quién de los hombres sabe las cosas del hombre sino el espíritu del hombre que está con él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios sino el Espíritu de Dios.
Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo sino el Espíritu que proviene de Dios para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu Santo, acomodando lo espiritual a lo espiritual.
Porque el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie".
Notemos entonces, que el espíritu es aquella faceta de nuestro ser que nos capacita para percibir y conocer las cosas que son de Dios.
¿Conoce usted a Dios? ¿Ha entablado ya una amistad personal con El?
Si aún no lo ha hecho, éste es el momento. Reciba a Cristo por la fe, y deje que El dé vida a su espíritu en la persona del Espíritu de Dios.