¿Qué solución me puede ofrecer?
En primer lugar, el temor a la muerte es universal. Es un temor que está en el alma del ser humano y hay varias razones que sustentan este temor. Una de ellas es que la muerte es un viaje a lo desconocido. Ninguno de nosotros ha cruzado la frontera hacia el otro lado de la eternidad. Cualquier cosa desconocida o cualquier viaje a lo desconocido, de hecho produce cierto temor.
Por otra parte, la muerte nos provoca un doble temor porque la conciencia nos dice que algo anda mal. El temor a la muerte también proviene de darnos cuenta de que la conciencia nos acusa de haber pecado, fracasado, herido a los demás y de tener que arreglar cuentas con Dios. Otras veces se tiene temor a la muerte por falta de conocimiento de lo que la Biblia enseña acerca de ella y del más allá.
Lo maravilloso es que el cristiano verdadero no tiene por qué temer a la muerte, porque Dios, que nos creó y nos colocó en este planeta y quien conoce nuestros pecados, nuestros fracasos y nuestra conciencia contaminada, ha preparado un camino para sobreponernos a la muerte sin temor y para estar listos para aquel encuentro con la eternidad. Y ese remedio para el temor se explica en en el siguiente versículo de la Biblia:
"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito para que todo aquel que en El cree, no se pierda mas tenga vida eterna" (San Juan capítulo 3).
Aquí Dios nos está diciendo que nos ama de tal manera, que nos entregó su único Hijo limpio de pecado, Jesucristo, para que todo aquel que en El cree, todo aquel que pone en El su fe y su confianza, no se pierda sino que tenga la vida eterna.
Usted dice que tiene temor a la muerte. Pues no está sola. Todo ser normal siente lo mismo cuando sabe que algo no está bien dentro suyo. Pero cuando uno pone su fe y confianza en Cristo, cuando cree en El de todo corazón, la Biblia nos dice que ya no se pierde, porque Cristo da vida eterna.
Yo deseo afirmarle, amable señorita, lo que la Biblia dice. Si usted cree en Jesucristo de todo corazón y le sigue, no tiene por qué temer más a la muerte, ya que tiene vida eterna en el cielo.