Tengo un vicio muy malo que no me atrevo a mencionar. Deseo librarme pero no puedo. Lo he intentado muchas veces, pero no consigo vencer. ¿Hay esperanza de que pueda vencerlo?
Respuesta:
El vicio esclaviza y nos hace sentir culpables, acomplejados y avergonzados de nosotros mismos. Si desea sinceramente romper con ese vicio que le
aflije, puede hacerlo ahora mismo, pero no sin la ayuda y el poder de Dios.
En primer lugar tiene que reconocer que ese vicio esclavizante, cualquiera fuere su naturaleza --ya sea glotonería, alcoholismo o un vicio de carácter íntimo y vergonzoso --es de hecho un pecado contra nosotros mismos, contra nuestros semejantes y sobre todo contra Dios.
Le recomiendo por lo tanto que confiese su pecado a Dios. Cuéntele específicamente los detalles de ésta, su esclavitud. Aunque sabemos que Dios lo sabe todo, la confesión clara, honesta, abierta y directa a Dios es supremamente saludable para nosotros. En 1a. San Juan capítulo 1, la Biblia
dice:
"Si confesamos nuestros pecados El es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad".
En segundo lugar, para librarse de su vicio, usted tiene que hacer lo que hice yo hace algunos años. Debe recibir a Jesucristo en su corazón. Eso es
imprescindible porque Cristo tiene poder para liberarlo de su vicio en forma total.
El sabe cómo organizar nuestra mente y quitar las sombras que nos impiden conocer y vivir en pureza y paz interior. Cuando acepte a Cristo en su corazón, reconozca su presencia. No es una presencia simbólica ni figurativa, sino real. "Cristo vive en mí" (Gálatas 2:20).
Puede que usted continúe con la tentación de volver al vicio aun después de pedir a Cristo que more en su vida, pero en una sencilla oración dígale al Señor: "Jesucristo, otra vez tengo esta tentación; he fracasado miles de veces pero esta vez no quiero volver a caer.
Con tu poder, que ahora mora en mí, ya no tengo por qué caer". Y la Biblia promete en Romanos capítulo 8: "Somos más que vencedores por medio de Aquel que nos amó".
Y Aquel que nos amó vive en nuestro corazón cuando se lo pedimos. Repita constantemente lo que tan enfáticamente declaró el apóstol Pablo: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece" (Filipenses capítulo 4).
Dios lo creó para triunfar en la vida, pero Satanás quiere hundirlo. Por lo tanto diariamente lea y medite en la Palabra de Dios, la Biblia. Con Cristo de su parte será vencedor.