El avivamiento de Gales logró la conversión de cientos de miles de personas durante como 70 años que duró este avivamiento.
Un Evan Roberts fue convertido a Cristo a la edad de 15 años, y, viendo la corrupción y crimen perdiendo su sociedad, empezó a interceder por su pueblo, pidiendo a Dios un avivamiento espiritual.
Continuó este rogativo al Señor por 11 años, acompañado por otros jóvenes, cansados de que sus padres no llegaban a la casa con su sueldo, sino con borrachera, con violencia y lenguaje horrible. Cuando tenía 26 años, decidió estudiar para el ministerio, y 2 semanas y medio después de comenzar sus estudios, tuvo una experiencia con el Espíritu Santo que transformó su vida.
Regresó a su pueblo donde compartió su experiencia con los jóvenes de su iglesia, y les animó a ser abiertos al movimiento del Espíritu Santo en sus vidas.
Dentro de 2 semanas, noticias del avivamiento llegaron a ser reportadas en toda la nación, y dentro de poco tiempo, Evan Roberts y su hermano Daniel y su mejor amigo Sydney, estuvieron viajando por todo el país conduciendo reuniones de avivamiento, y fueron reuniones con una diferencia.
Rompiendo lo convencional y pasando por alto lo tradicional, muchas veces los ministros simplemente se sentaron, incapaces de predicar ni aun entender la tempestad espiritual que estaba sucediendo en sus templos anteriormente tan tranquilos y sedentarios, una tempestad que incluía aun jóvenes mujeres predicadores.
Si, una tempestad había pegado a las iglesias, pero por mucha gente fue una tempestad de amor y poder que completamente transformó sus vidas.
Gente fue cambiado y tantas maneras. El índice de crimen se bajó, borrachos fueron transformados, cantinas sufrieron pérdidas de ingresos, lenguaje malo desapareció tanto que se reportó que los caballos de carro ya no respondieron a sus dueños por la falta de maldiciones y blasfemias.
Nuevos himnos fueron compuestos y cantados, expresando el nuevo gozo, tanto que el avivamiento llego a ser conocido como un avivamiento de canto.
Dentro de tres meses, esta tempestad llegó como huracán que afectó a todo el mundo. Visitantes de Francia, los E.U., Turquía, para nombrar unos pocos, se encendieron con la flama de este avivamiento y lo llevaron a sus países.
Comunidades de galeses en otros países fueron tocados por los efectos y los noticias del gran obra de Dios pronto tuvo iglesias en varios partes del mundo orando para que el Espíritu de Dios les visitara también.