Con todo, la máxima prioridad en la actividad evangelística de una iglesia es el testimonio personal de sus miembros durante toda la semana.
Otro estudio revela que menos de diez por ciento de la congregación hace evangelismo personal. ¿Por qué no hay más cristianos que hablen a otros de Cristo? Muchos piensan que la razón más común es la apatía; que a los cristianos no les importa. Pero, para la mayoría de las personas, la razón es su falta de confianza.
Creo que los discípulos de Cristo quieren ser testigos eficientes; pero se sienten insuficientes, intimidados o aun temerosos en cuanto a hablar de su fe, sobre todo con alguien que no tiene una formación cristiana.
Jesús dijo: “Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:32). El saber lo que dice la Palabra inspirada de Dios acerca del carácter de la evangelización liberará a los creyentes de su sentido de insuficiencia o aun de su temor respecto al testimonio personal.
En Colosenses, Pablo trata acerca del evangelismo de una manera que ayudará a liberar a los creyentes de las falsas ideas y de las emociones que pudieran impedirles hablar de Cristo. Él presenta un sencillo, bíblico, y práctico modelo para ayudar a los creyentes en el evangelismo de relaciones.
La petición más frecuente que se le hace a la Comisión de Evangelismo es de materiales respecto a la motivación personal y el adiestramiento en el testimonio. Los pastores y otros líderes de la iglesia pueden enseñar los siguientes principios y prácticas defendidos por Pablo de diversos modos dentro de la iglesia.
Estos principios proporcionan un sistema bíblico para enseñar el evangelismo personal que puede convertirse en parte integral del estilo de vida de un creyente.
El modelo del apÓstol Pablo
El evangelismo no es una opción; lo es el cómo lo hacemos. La misma Biblia que nos manda que evangelicemos a las personas también nos dice cómo.
Pablo dio a la iglesia de Colosas una profunda pero práctica enseñanza respecto del testimonio cristiano eficaz. Sus últimas instrucciones en la carta es respecto a cómo los cristianos tienen que relacionarse con los inconversos, a quienes él debidamente llama “los de afuera” (4:5).
Yo le llamo el modelo de evangelismo de Pablo (véase v. 6). “Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias; orando también al mismo tiempo por nosotros, para que el Señor nos abra puerta para la palabra, a fin de dar a conocer el misterio de Cristo, por el cual también estoy preso, para que lo manifieste como debo hablar.
Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo. Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno” (Colosenses 4:2–6, cursivas añadidas).
En las instrucciones de Pablo encontramos que el testimonio eficaz implica dos principios: dependencia (vv. 2–4) y disciplina (vv. 5,6). Debemos disciplinarnos para hacer nuestra parte en el evangelismo personal mientras que, al mismo tiempo, debemos seguir siendo dependientes de Dios para hacer lo que solo Él puede.
Pablo expresa esa interacción divina/humana en la primera parte de su carta: “Trabajo, luchando según la potencia de él, la cual actúa poderosamente en mí” (Colosenses 1:29). Pablo está abogando por el esfuerzo humano (“trabajo, luchando”) que depende de Dios (“según la potencia de él”).
Junto con los principios de dependencia y disciplina, Pablo defiende seis prácticas en la vida cristiana que ayudan a dar un testimonio eficaz a los inconversos.
Un pastor puede enseñar de dos formas estos principios a una congregación.
En primer lugar, el pastor puede enseñar los principios y las prácticas como un modelo bíblico para el evangelismo personal.
En segundo lugar, se le debe dar énfasis a cada principio y práctica cada vez que sea posible en distintos contextos. Sólo una enseñanza o un sermón no ayudará de manera adecuada a los creyentes a hacer de esas prácticas parte de su manera de vivir.
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