Existe un gran número de pastores, obreros cristianos, e iglesias, que no desean un avivamiento. Tienen miedo de lo que pueda suceder. Tienen miedo del fanatismo. Aborrecen interrupciones.
Prefieren un servicio eclesiástico normal con cada asunto cuidadosamente mecanografiado, de forma que el culto vaya continuo desde el principio al final de una manera dignificada y terminar a la hora en punto.
Saben que el avivamiento irrumpirá en su orden de culto. Han leído lo suficiente acerca de avivamientos como para saber que cuando el avivamiento se desencadena Dios irrumpe en la escena y que cuando Dios se halla presente hay siempre interrupciones.
Los Hechos de los Apóstoles es un libro de interrupciones. Había bullicios y conmociones de continuo de un tipo u otro. No había nada que pareciera ir conforme a lo que se había pensado.
Tanto Pedro como Pablo y, en cuanto a esto, también Felipe, experimentaron tales comuniones, interrupciones, milagros, que apenas sabían qué esperar a continuación. En un avivamiento van a haber interrupciones.
Ahora bien, El avivamiento es ante todo para el pueblo de Dios. No es para los que no son salvos, pero nunca ha habido un verdadero avivamiento sin que los no salvos son llevados a los pies de Cristo. Pero el avivamiento tiene que ser ante todo con la iglesia y con el propio pueblo de Dios. No se puede avivar un fuego una vez que éste se ha apagado.
Tiene que haber por lo menos, un rescoldo permaneciendo allí y si uno sopla sobre aquel rescoldo se podrá avivar el fuego, pero si el último rescoldo se ha apagado, entonces no hay esperanza. Se tiene que empezar un fuego nuevo. Así es con el avivamiento; tiene que haber algo que avivar.
Los muertos no pueden ser avivados, tienen que ser despertados. Pero el cristiano que está vivo puede ser avivado, y por ello el avivamiento empieza con el pueblo de Dios.
Pero no pasará mucho tiempo, si los hijos de Dios han sido encendidos con el fuego de Dios, antes de que los hijos de Satanás se reúnan alrededor del fuego. Nada hay que atraiga como el fuego. La gente vendrá corriendo de todas partes para ver una cosa encendida.
Así sucede con un avivamiento. Cuando la iglesia esté verdaderamente encendida, el mundo lo verá y será atraído por ello. Por ello el avivamiento, aunque tiene que ver primero con el cristiano, siempre tiene como resultado la salvación de almas.
El salmista clamó: “¿No volverás a darnos vida?” y refiriéndose, naturalmente al pueblo de Dios.
Salvación
Habrá, digo, almas salvadas. Habrá convicción, una verdadera convicción, al estilo antiguo, producida por el Espíritu Santo. El pecado se transformará en algo horrible, repugnante, terrible.
¡Ah, por una convicción como la de días pasados! ¡Cuán a la ligera consideramos en la actualidad el pecado! ¡Cuán horrible es a los ojos de Dios! Necesitamos un avivamiento para retornarnos al sentido de la repugnancia del pecado.
Con ello habrá convicción y salvación. Almas se salvarán. Hablé un poco hace algo acerca del poder de Dios, porque esto es lo que es el avivamiento ---la manifestación del poder de Dios. “Ignoráis el poder de Dios” es una de las afirmaciones más notables de la Palabra de Dios. Cuán cierto que es en la actualidad. Cuán poco conocemos el poder de Dios.
“El poder del Señor estaba con Él” es otra afirmación. ¿Cuándo hemos sido capaces de decir al acabar un servicio: “El poder del Señor estaba ahí? Con tanta frecuencia nuestros servicios son fríos, tan formales, tan ordinarios, que no hay evidencia de la presencia del Señor en absoluto.
“Y todos se admiraban de la grandeza de Dios. “ ¿Cuándo fuimos testigos por última vez de una manifestación de la grandeza de Dios? ¿Nos ha entrado asombro? ¿Sabemos algo de ello, o acaso estas experiencias de la Iglesia primitiva nos son totalmente extrañas?
¿Sabes que cuando un aviamiento está en marcha, la misma atmósfera de la comunidad parece cargada con la presencia de Dios? Así fue en Kentucky cuando personas extrañas se aproximaron al sitio donde tenían lugar las reuniones.
Al llegar a una cierta distancia había una extraña y misteriosa atmósfera que sólo puede explicar diciendo que estaba cargada de la presencia de Dios. Quedaron serios antes de que entraran en el edificio y al aproximarse más y más, adquirieron una conciencia en constante incremento de que Dios estaba ahí.
Juicio
Cuando hay un avivamiento, hay juicio, además, de salvación. Lee, si quieres, las historias de los avivamientos del pasado.
Descubrirás que cuando hubo personas que se opusieron deliberadamente y se rebelaron en su comunidad de Dios a menudo les fulminó en juicio, en ocasiones con la muerte, como en los casos de Ananías y de Safira.
Charles G Finney fue testigo de ello una y otra vez. Hay exhibiciones de Dios en juicio así como en salvación en los tiempos de avivamiento.
Dios sabe cómo tratar con los opositores y Él siempre toma al menos a algunos como ejemplos para los demás. Wesley fue un testigo casi a diario de tales acontecimientos. Había personas fulminadas ante sus propios ojos, y más de uno fue juzgado sobre el terreno.
Siempre es un peligro meterse con Dios o con la obra de Dios en días de avivamiento. De forma repentina hay ateos que son llamados a rendir cuentas como advertencia a otros. Dios vive, y en tiempos de avivamiento, la gente lo sabe.
Recuerdo bien una historia relatada por el reverendo Fred Clark me relató acerca de un dueño de un bar en una cierta ciudad que se había opuesto al avivamiento de una manera muy vigorosa, debido a que todos sus clientes le estaban dejando.
Una noche, el dueño del bar decidió ganarse otra vez a sus clientes y denunciar al evangelista. Aquella noche fue a la reunión. El señor Clark había estado tratando desesperadamente de hallar un texto, pero el único texto que Dios le daba era: “Ordena tu casa, porque morirás y no vivirás.” Una y otra vez lo dejaba y trataba de hallar otro, pero no podía.
Finalmente, decidió utilizarlo. Cuando llegó el momento de predicar lo anunció, pero en el momento que lo hizo el dueño del bar se levantó como un rayo y lanzó volea tal de juramentos que todos se quedaron petrificados.
Repentinamente se detuvo y al cabo de un momento se oyó un sonido de gargareo en su garganta. Entonces empezó a tosar; surgió sangre de su boca y al cabo de un momento se hallaba tendido sobre el suelo ---cadáver.
Tan notable fue este juicio de Dios que casi todos los que no estaban salvos aún buscaron al Salvador aquella noche. Así Dios utiliza el juicio, así como la salvación, en días de avivamiento.
Resultados
Ahora, continuando, diré que cuando llega un avivamiento se consigue más en unas pocas semanas que en años mediante la obra ordinaria de la iglesia. En otras palabras, Dios puede hacer más entonces y todo cuanto tengo que hacer es dar tres o cuatro ilustraciones para demostrar mi afirmación.
Cuando estaba llevando unas campañas de extensión nacional en Gran Bretaña, después de haber predicado en las mayores ciudades de Inglaterra, Irlanda y Escocia, fui a Gales y, naturalmente, me interesé vivamente, al ministrar en Gales, porque me acordaba del avivamiento de 1904.
Los ecos de aquel poderoso avivamiento volaron a través del Atlántico, y mi joven alma fue enardecida una y otra vez cuando oía y leía de lo que Dios estaba haciendo en Gales.
Fui a ver a Evan Roberts, al hombre tan ponderosamente utilizado por Dios durante el avivamiento de Gales. Vivía en una casa muy humilde cerca de Cardiff. No obstante, no pude verle. Parecía como si Dios hubiera tomado a Evan Roberts y le hubiera utilizado como pocas veces hubiera utilizado a alguien para luego dejarlo un lado por el resto de su vida.
Su nombre es conocido por millones de personas. Desde entonces ha partido para estar con Cristo. Un poco antes recibí una carta de él de su puño y letra. ¡Cómo me glorié en su ministerio en 1904!
Descubrí que veinte mil se habían convertido y se habían unido a las iglesias de Gales en cinco semanas. ¿Me puedes decir dónde, sea en Estados Unidos, Canadá, o Gran Bretaña, los ministros de todas las iglesias hayan podido ganar veinte mil convertidos y hacer que se unieran a sus iglesias en un período de cinco semanas?
Sabes que esto jamás se ha conseguido y que mediante los canales habituales de obra eclesiástica nunca se podrá conseguir, pero sucedió en Gales ---un total de veinte mil personas realmente se unieron a las iglesias en cinco semanas.
¿Sabes cuántos miembros de iglesias había en Estados unidos de América cuando Charles G. Finney empezó su gran obra de avivamiento? Había entonces doscientos mil. ¡Piensa en esto! En toda América solamente doscientos mil miembros.
Pero ¿sabes cuántos miembros había cuando terminó su ministerio unos pocos años después? Más de tres millones. Sí, dentro del ministerio de un solo hombre, ¡tres millones! ¡Qué milagro!
¿Me puedes decir en dónde se podrían repetir estos resultados? ¿No es verdad que Dios hace más en unas pocas semanas durante días de avivamiento que en años a través de los canales normales de la obra de la iglesia?
Cuando Finney celebró una campaña en la ciudad de Rochester, Nueva York, se estima que alrededor de cien mil personas se unieron a las iglesias. Como resultado de una sola campaña, que naturalmente se transformó en un avivamiento, cien mil personas aceptaron a Cristo y se hicieron miembros de las Iglesias de Rochester. ¿Cómo podéis repetir tales resultados, excepto por un avivamiento?
Cuando los primeros predicadores metodistas vinieron a Canadá y a Estados Unidos no vinieron como pastores; vinieron como ardorosos evangelistas y allí adonde fueron prendieron fuego de avivamiento.
El resultado: diez millones de metodistas en Estados Unidos, principalmente como resultando de los avivamientos de los primeros predicadores metodistas.
El metodismo nació en un avivamiento y en tanto que tuvieron avivamientos metodistas, las almas se salvaban a miles. Esto es lo que Dios hace cuando hay un avivamiento.
Libro: Pasión por las almas
Editorial: portavoz