Una investigación descubrió que en promedio, el hombre cambia de empleo cada cuatro años y medio y la mujer cada 3 años.
Aburrimiento, falta de realización, sueldos inadecuados y otras presiones contribuyen para ese descontentamiento. Médicos, empleados, vendedores, operarios, administradores, personas de todas las profesiones, todas han pasado frustraciones semejantes.
La compresión de los principios bíblicos relativos al trabajo pueden ayudar a encontrar satisfacción en el trabajo, colocándolo en una posición en la cual Dios pueda prosperarlo. La Biblia afirma que Dios instituyó el trabajo. "Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y le puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase." (Génesis 2:15)
La parte de Dios en el trabajo
La Biblia revela tres responsabilidades que Dios tiene con relación a nuestro trabajo.
1. Dios concede habilidades para el trabajo. Éxodo 36:1 ilustra esta verdad: "...y todo hombre sabio de corazón, a quien Jehová dio sabiduría e inteligencia para que supiesen hacer toda la obra del servicio del santuario, todas las cosas que había mandado Jehová" Dios concedió a cada uno de nosotros habilidades únicas.
Todos tenemos una variedad de habilidades, destreza manual y capacitación intelectual. No se trata de alguien ser mejor que el otro, mas simplemente de haber recibido habilidades innatas diferentes.
2. Dios concede éxito. José, en la Biblia, es un ejemplo de alguien a quien Dios capacitó para ser exitoso. "Mas Jehová fue con José, y fue varón prosperado: y estaba en la casa de su señor el egipcio. Y vio su señor que Jehová era con él, y que todo lo que él hacía, Jehová lo hacía prosperar en su mano." (Génesis 39:2-3)
3. Dios controla las promociones. Salmos 75:7 declara: "Porque ni de oriente, ni de occidente, ni del desierto viene el ensalzamiento. Mas Dios es el juez: a éste abate, y a aquél ensalza." Muchas personas piensan que es difícil creer en esto.
Ellas dejaron a Dios fuera de su trabajo y creen que solamente ellas son responsables por sus habilidades profesionales y por el control de su éxito. Una de las principales razones de estrés y frustración que las personas experimentan en sus empleos es la ausencia de comprensión de la parte que Dios tiene en su trabajo.
Nuestra parte en el Trabajo
Las Escrituras revela que, en verdad, estamos sirviendo a Dios con nuestro trabajo y no a nuestro jefe. ' Y todo lo que hagáis, hacedlo de ánimo, como al Señor, y no a los hombres......porque al Señor Cristo servís" (Colosenses 2:23-24). El reconocimiento de que estamos realmente trabajando para el Señor tiene profundas implicaciones. Si usted reconociese a Jesucristo como su jefe, también trataría de ser más fiel en su trabajo? La pregunta importante que debe responder todos los días es: "¿Para quién yo trabajo?" La Biblia dice que usted trabaja para Cristo.
Trabajo duro. La Biblia enseña que debemos trabajar duro y diligentemente. "Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas..." (Eclesiastés 9:10). ".....El haber precioso del hombre es la diligencia" (Proverbios 12:27). Nuestro trabajo debe ser de tal manera que las personas jamás puedan relacionar flojera a Dios. No es exigido que seamos "súper trabajadores" que nunca fallan, pero Dios espera que hagamos lo mejor que podamos.
Pero no trabaje exageradamente. Usted debe determinar si su función es muy exigente o si sus hábitos de trabajo necesitan ser cambiados. Si tiene tendencia a ser "workaholic" (viciado en el trabajo), tenga cuidado para no olvidarse de las otras prioridades de la vida.
En Éxodo 34:21 leemos: "Seis días trabajarás, mas en el séptimo día cesarás: cesarás aun en la arada y en a siega." Este principio bíblico de descansar uno en cada siete días tiene su aplicación hoy. Descansar puede tornarse una cuestión de fe. ¿Dios será capaz de hacer nuestros seis días de trabajo más productivos que siete días?. Él instituyó el descanso semanal para nuestra salud física, mental y espiritual.
Notas Adicionales: Trecho adaptado de Estudios Bíblicos de Finanzas, del Crown Ministerio Financiero, que está ayudando a personas en todo el mundo a comprender y abrazar los principios financieros de Dios.
Los que concluyen este estudios están experimentando matrimonios fortalecidos y han escapado de la prisión del endeudamiento. También se han transformado en ahorradores consistentes, generosos en ofrendas y consumidores prudentes. Traducción de Alicia Gonzales Lemos.