Al final de cada año hacemos una revisión de los principios y estrategias financieras que escribimos a lo largo del año para los lectores de nuestra revista mensual “Sound Mind Investing”, para que encuentren los que podrán ser adoptados e implementados en el próximo año. Esas decisiones no deben ser tomadas de manera aislada.
Como inversionistas insistimos que cada decisión financiera sea tomada a la luz de lo que Dios ha revelado en Su Palabra. De esa manera, independientemente de quien sea consultado para obtener recomendaciones financieras, aquí mostramos algunos principios bíblicos universales administrativos que permanecerán inmutables, sea cual sea la dirección en que soplen los vientos políticos y económicos.
Dios es el propietario de todo en el Universo. “He aquí, de Jehová tu Dios son los cielos, y los cielos de los cielos, la tierra, y todas las cosas que hay en ella.” (Deuteronomio 10:14). “Tuyo es, oh Jehová, es el reino, y tu eres excelso sobre todos” (I Crónicas 29:11-12).
Dios es el propietario de mí mismo. Dios es nada menos que el Soberano Creador. Yo no soy nada más que Su creación administradora. “De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan” (Salmos 24:1-2).
Ya que todo lo que tengo me fue dado, no puedo tener orgullo, solo gratitud. “…” (I Corintios 4:7). “Porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto” (I Timoteo 6:7-8).
Tengo responsabilidades de administrador sobre lo que poseo y no tengo derechos de dueño. Esta es la vocación de toda una vida, que exige que yo viva continuamente con los ojos en la eternidad. “…Pues si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo verdadero? Y si en lo ajeno no fuisteis fieles, ¿quién os dará lo que es vuestro?” (Lucas 16:1-12).
Soy convocado a vivir plenamente hoy y no en el futuro. Dios evalúa la fidelidad de mi administración y donación con base en lo que hago con lo que tengo ahora y no con lo que yo haría si tuviera más. “Mas buscad primeramente el reino e dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33-34).
Dios proveyó directrices para gerencias mejor Su riqueza para Su gloria. En gran parte estas directrices son generales y no específicas, lo que significa que, para tomar decisiones sabias, debo buscar continuamente la sabiduría de Dios. “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para reargüir, para corregir, para instruir en justicia” (II Timoteo 3:16-17).
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Texto de Austin Pryor, editor y director de la revista mensual "Sound Mind Investing", especializada en la diversificación de inversiones según los principios bíblicos. Usado con la debida autorización. Traducción de Alicia Gonzales Lemos.