Existen los Diez Mandamientos, las Tres Reglas de Oro, el Ying y el Yang, que suelen regir las vidas de las personas en diversas partes del planeta. Pero muy poco se habla de los principios que rigen una parte profunda de sus vidas: sus bolsillos.
Estas normas existen, aunque de manera dispersa y asistemática. De hecho, una gran mayoría de gente las aplica en su vida diaria de manera casi automática e inconsciente para lograr sus metas de ahorro y gasto.
Aquí, en este esfuerzo conjunto de Patagon y CNN -, llamado En Efectivo, CNNenEspañol.com - EN TV, nos hemos propuesto sistematizarlos.
Tienes que verlos como simples guías, para que elijas en libertad la manera que más te acomoda de relacionarte con el dinero – recuerda que si hay un principio que sí es universal e inamovible es que los objetivos financieros son siempre de carácter personal.
Este es sólo un puñado de ideas – siete para ser precisos- que deberás tener en cuenta en tus travesías o travesuras financieras.
Define tus objetivos. “¿Qué quieres en la vida?” No tiene por qué ser una pregunta vaga y casi filosófica, sino una muy concreta. Hay dos tipos de objetivos: los bienes materiales –como esa nueva casa, ese estéreo, las vacaciones en Miami tan ansiadas- y los no materiales –como la satisfacción laboral, tu formación y educación. La clave de todo buen plan financiero es tener en claro cuáles son tus metas.
La información no decide, decides tú. Si algo hay en abundancia en este mundo es la oferta de información. Pero tú eres el que decides. Utiliza la información para evaluar, analizar, los productos financieros que se te ofrecen y ten en cuenta que no todos funcionan para todo el mundo. De nuevo, las finanzas son algo personal. Lo que elijas tiene que ser lo mejor para ti.
Empieza hoy. Seguro que te han bombardeado desde pequeño con “no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”. Esto es más cierto que nunca en el caso de los ahorros y las finanzas. Pero tienes que tener en claro que ahorrar implica sacrificios. Significa relegar tu consumo presente por una recompensa futura. Ahora bien, la recompensa puede ser generosa: por ejemplo, 1,000 dólares invertidos en la bolsa se pueden convertir al cabo de 30 años en 100,000 dólares.
La disciplina es clave. La disciplina se forja en los pequeños logros que alcanzamos todos los días. Empieza por establecer una meta financiera modesta para esta semana y trata de alcanzarla.
Conoce tu riesgo. No pienses cuánto puedes ganar, sino cuánto puedes perder. Recuerda que la seguridad tiene un precio.
Tu mundo cambia: revisa tus planes. No creas que un solo plan puede guiar tus finanzas por el resto de tu vida. Asegúrate de que tu estrategia sirva para tus metas de hoy, en el contexto que vivimos hoy.
El mundo es tuyo: invierte en él. Literalmente, puedes invertir en el mundo: en un pedazo de tierra o en un pedazo de una gran compañía- comprando acciones o bienes raíces. Las oportunidades abundan, hay que saber descubrirlas.
Finalmente, lo importante no es el dinero en sí mismo sino lo que puedas hacer con él: ganar experiencias y conocimientos, aprovechar oportunidades, plantearte retos. No pierdas demasiado tiempo pensando en cómo hacerlo: haz más bien, que el dinero trabaje por ti. Luego úsalo.