Yo amo la belleza del área costera y de las playas de Carolina del Sur, en el sudeste de los Estados Unidos, donde pasamos las vacaciones todos los años. Aprecio de modo especial los momentos de quietud bien temprano por la mañana, observando como el sol parece levantarse dentro del océano.
Los colores en el cielo hablan del esplendor de Dios, el ruido del reventar de Su poder y grandeza y la variedad de vida salvaje, del placer que El tiene en Su creación. "Los cielos cuentan la gloria de Dios, y la expansión denuncia la obra de sus manos. El un día emite palabra al otro día, y la una noche a la otra noche declara sabiduría." (Salmos 19:1-2).
En su libro, "The Pleasures of God" (Los Placeres de Dios), John Piper escribe: "El día habla un mensaje a todos los que escuchen durante el día, expresándose a través del brillo del sol, del azul de los cielos y nubes, y de los increíbles colores y formas de todas las cosas visibles.
La noche revela conocimiento del mismo mensaje a todos los que escuchen durante la noche, expresándose a través de los grandes espacios oscuros, de la luna en el verano y de las incontables estrellas, y de los extraños sonidos y brisas frescas, y de las luces del norte. Día y noche declaran una sola cosa: ¡Dios es glorioso! ¡Dios es glorioso! ¡Dios es glorioso!”
De ninguna otra forma la gloria de Dios fue expresada de manera más maravillosa como es Jesús. "Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo." (II Corintios 4:6).
Si queremos que la gloria de Dios sea magnificada delante de las naciones del mundo, es necesario que ellas tengan un encuentro divino con Jesucristo. Dios abrió una ventana de oportunidad para que pudiéramos hacer esto posible, a través de la oración, servicio y donación generosa. Nuestra disposición en ofrendar nuestros recursos glorifican a Dios en la medida en que posibilitan:
Una oportunidad de humildemente reconocer que todo lo que tenemos es una dádiva recibida de El. "Ahora, pues, Dios nuestro, nosotros te confesamos, y loamos tu glorioso nombre. ¿Porque quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer de nuestra voluntad cosas semejantes? Porque todo es tuyo, y lo recibido de tu mano te damos." (I Crónicas 29:13-14).
Una oportunidad para probar que Lo amamos más que a las cosas. "Dios, Dios mío eres tú: levantarme a ti de mañana: mi alma tiene sed de ti, mi carne te desea, en tierra de sequedad y transida sin aguas; para ver tu fortaleza y tu gloria, así como te he mirado en el santuario. Porque mejor es tu misericordia que la vida: mis labios te alabarán...Está mi alma apegada a ti: tu diestra me ha sostenido." (Salmos 63: 1-8).
Una oportunidad de demostrar que nosotros verdaderamente creemos en las promesas de Dios. "Empero todo lo he recibido, y tengo abundancia; estoy lleno, habiendo recibido de Epafrodito lo que enviasteis, olor de suavidad, sacrificio acepto, agradable a Dios. Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús" (Filipenses 4:18-19).
Una oportunidad para llevar otros a adorar a Dios. "Que por la experiencia de esta suministración glorifican a Dios por la obediencia que profesáis al evangelio de Cristo, y por la bondad de contribuir para ellos y para todos. " (II Corintios 9:13).
Una oportunidad de contribuir mas para la construcción del Reino de Dios que para nuestro propio reino. "Esto empero digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembre en bendiciones, en bendiciones también segará. Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, o por necesidad; porque Dios ama el dador alegre. “(II Corintios 9:6-8).
Cuando se considera los resultados que brotan del dar generosamente, es fácil entender porque la Biblia dice que Dios ama al que da con alegría. Cuando aprovechamos las oportunidades de ayudar a otras personas, alegramos el corazón de nuestro Padre Celestial. Deberíamos hacer esto cuando todavía hay tiempo, porque la ventana de la oportunidad se cerrará pronto – cuando Cristo haga Su tan largamente ansiado retorno o cuando nuestras vidas lleguen a su fin. No debemos presumir que “siempre habrá un próximo año”.
Austin Pryor es el autor de la publicación mensual "Sound Mind Investing" (Mente Sana Inversiones), un boletín de planeamiento financiero, bien como de un libro con el mismo título, escritos a partir de la perspectiva bíblica. Es posible ver sus consejos financieros a través del web site www.soundmindinvesting.com - Traducción de Alicia Gonzales Lemos.