Caín y Abel: La Primera Tragedia Humana. La historia de Caín y Abel, relatada en Génesis 4:1-16, es un poderoso relato sobre el pecado, los celos y las consecuencias de las malas decisiones. Caín y Abel fueron los primeros hijos de Adán y Eva después de su expulsión del Edén. Caín era agricultor y Abel cuidaba ovejas.
Ambos ofrecieron sacrificios a Dios: Caín presentó frutos de la tierra y Abel ofreció lo mejor de su rebaño. Dios aceptó la ofrenda de Abel, pero rechazó la de Caín debido a que no fue hecha con el corazón correcto (Génesis 4:4-5). Esto provocó en Caín sentimientos de celos y enojo.
Dios advirtió a Caín que debía dominar su pecado, diciéndole: “el pecado está a la puerta, y te codicia, pero tú debes dominarlo” (Génesis 4:7). Sin embargo, Caín no escuchó y llevó a Abel al campo, donde lo asesinó, cometiendo el primer homicidio en la historia bíblica, la primera tragedia humana.
Dios confrontó a Caín, quien respondió con la famosa frase: “¿Soy yo acaso guardián de mi hermano?” (Génesis 4:9). Como castigo, Dios lo maldijo a ser errante sobre la tierra, pero también mostró misericordia al ponerle una marca para protegerlo.
La historia de Caín y Abel destaca la importancia del corazón en nuestras acciones y cómo el pecado puede dominar si no se controla. También enseña sobre la responsabilidad hacia los demás y cómo las malas decisiones pueden tener consecuencias graves, pero incluso en el juicio, Dios ofrece compasión.