SANTIAGO
Bosquejo
Saludos (1:1)
I. Enfrentar las pruebas y beneficiarse de ellas (1:13-18)
A. Aceptarlas como medio de crecimiento (1:2-4)
B. Pedir sabiduría en medio de las pruebas (1:5-8)
C. Alegrarse por su acción igualadora (1:9-12)
D. Reconocer la diferencia entre pruebas y tentaciones (1:13-18)
II. Escuchar la palabra y ponerla en práctica (1:19-27)
II. Ser imparcial y demostrarlo (2:1-13)
IV. Profesar la fe y comprobarla (2:14-26)
V Reconocer las trampas y evitarlas (3:1-5:6)
A. La lengua ingobernable (3:1-12)
B. La sabiduría no espiritual (3:13-18)
C. La conducta pecaminosa (4:1-10)
D. El hablar contra de un hermano (4:11,12)
E. La vida presuntuosa (4:13-17)
F. La riqueza egoísta (5:1-6)
VI. Virtudes y vida cristiana (5:7-20)
A. Paciencia y constancia (5:7-11)
B. Honradez sencilla (5:12)
C. Oraciones eficaces por los enfermos (5:13-18)
D. Restauración del extraviado (5:19,20)
Autor: Santiago
Tema: La fe que produce buenas obras
Fecha: 45-49 d. C.
Trasfondo
Se clasifica a la de Santiago como “ carta general “porque originalmente se dirigió a un público más amplio que el de una Iglesia local.
El saludo: “A las doce tribus dispersas entre las naciones”(1:1), junto con otras referencias(2:19,21), indica que la carta se escribió al principio para los creyentes judíos que vivían fuera de Palestina.
Es posible que los destinatarios de la carta fueran de los primeros convertidos en Jerusalén que, después del martirio de Esteban, fueron dispersos por la persecución (Hch 8:11) a lugares tan distantes como Fenicia, Chipre, Antioquía y más allá (Hch 11:19).
Eso explicaría (1) el énfasis de la apertura de la carta sobre el padecer con gozo las adversidades que prueban la fe y requieren perseverancia (1:2-12), (2) el conocimiento de Santiago de los creyentes “dispersos” y (3) el tono de autoridad de la carta. Santiago dirigente de la Iglesia de Jerusalén, escribió a sus ovejas dispersas.
La prominencia del autor es evidente porque se identifica sólo como “Santiago”(1:1). A Santiago, medio hermano de Jesús y dirigente de la Iglesia de Jerusalén, se le considera generalmente como el autor.
Su discurso en el concilio de Jerusalén (Hch15: 13-21) y las descripciones de él en otros lugares del N.T. (Hechos 12:17; 21:18; Gálatas 1:19; 2:9,2:912; 1 Corintios 15:7). Corresponden bien con lo que se sabe del autor de esta carta. Santiago tal vez escribió su carta la década de los años cuarenta.
Esta fecha temprana de la redacción la indican varios factores, tales como el empleo de la palabra griega sinagogué para referirse al lugar de reunión de los creyentes (2:2). Según el historiador judío Josefo, Santiago, el hermano del señor, fue martirizado en Jerusalén en 62 d. C.
Propósito
Santiago escribió para (1) alentar a los creyentes judíos que sufrían diversas adversidades que ponían a prueba su fe, (2) corregir ideas erróneas acerca de la naturaleza de la fe salvadora y (3) exhortar e instruir a los lectores acerca del resultado práctico de su fe en la vida de justicia y en las buenas obras.
Visión panorámica
Esta carta cubre una amplia diversidad de temas relacionados con la genuina vida cristiana.
Santiago exhorta a los creyentes a soportar las pruebas con alegría y beneficiarse de ellas (1:2-11); a resistir las tentaciones (1:12-18); a ser hacedores de la palabra, no sólo oidores (1:19-27); y a demostrar una fe activa, no una profesión de fe vacía (2:14-26).
Él advierte solamente de la pecaminosidad de lengua ingobernable (3:1-12; 4:11,12), de la sabiduría mundana (3:13-16), de la conducta pecaminosa (4:1-10), de la vida presuntuosa (4:13-17) y de la riqueza egoísta (5:1-6). Santiago concluye con un énfasis sobre la paciencia, la oración y la restauración del extraviado (5:7-20).
A través de sus cinco capítulos, se enfatiza la relación entre la verdadera fe y la vida piadosa. La fe genuina es una fe probada (1:2-16), es una fe activa (1:19-27), ama al prójimo como a sí mismo (2:1-12), se manifiesta en buenas obras (2:14-26), le pone rienda a la lengua ((3:1-12), busca la sabiduría de Dios (3:13-18), se somete a Dios, el juez justo (4:1-12), confía en Dios en su vida diaria (4:13-17), no es egoísta ni desenfrenada (5:1-6), es paciente en el sufrimiento (5:7-12) y es diligente en la oración (5:13-20).
Características especiales
Son siete las principales características de esta carta:
(1) Es probablemente el primer libro del N.T. que se escribió.
(2) Aunque sólo contiene dos referencias al nombre de Cristo, hay más reminiscencias de la enseñanza de Jesucristo en esta carta, incluso por lo menos quince alusiones al sermón del monte, que en todas las otras cartas del N.T. combinadas.
(3) Más la mitad de sus 108 versículos son imperativos o mandamientos.
(4) Desde todo el punto de vista es el proverbio del N.T., porque (a) ésta lleno de sabiduría piadosa e instrucciones prácticas para la genuina vida cristiana, y (b) está escrito en un estilo conciso con agudos mandamientos y vívidas analogías.
(5) Santiago es un agudo observador de los fenómenos naturales y de la naturaleza humana caída. A menudo saca lecciones de aquéllos para exponer ésta (e.g., 3:1-12).
(6) Recalca más que ningún otro libro del N.T. la relación necesaria entre la fe y las obras (sobre todo en 2:14-26). (7) A veces se llama a Santiago el Amós del N.T., por que trata con energía los asuntos de la injusticia y la desigualdad sociales.
Biblia de Estudio Pentecostal. Deerfield, Fl. : Vida, 1991.
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