365 Declaraciones de Vida. Tomo 2 Por Cesar Castellanos
El propósito de cada enseñanza bíblica es motivar a los hijos de Dios a avanzar siempre hasta alcanzar la estatura de la plenitud de Cristo.
Observar la creación nos lleva a admirar a nuestro Dios. La variedad de aves, la diversidad de animales, los infinitos colores de las flores, los tonos cambiantes del mar, la diversidad de las frutas y vegetales, y pensar que todo eso fue creado por la Palabra: “Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.
Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas. Dijo también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así” (Génesis 1:3, 6, 9). Durante la creación Dios sentó un precedente, que las palabras que hablamos producen vida.
El proverbista lo expresó de esta manera: “La muerte y la vida están en poder de la lengua, Y el que la ama comerá de sus frutos” (Proverbios 18:21).
El Señor quiere enseñarle que cada palabra que usted declara tiene en ella la semilla de vida o de muerte; de paz o de conflicto, de tristeza o de gozo. Él anhela que usted pueda traer luz en medio de las tinieblas, vida en medio de la enfermedad, abundancia en medio de la escasez.