Mas de 1001 Ilustraciones y Citas de Swindoll. Por Charles "Chuck" Swindoll
Soy predicador. He estado ante congregaciones y otros públicos por todos los Estados Unidos de América por más de treinta y cinco años. He servido en pastorados en Massachussets, California y Texas.
Mis viajes también me han llevado a Canadá, México y América Central, y más allá de los grandes océanos de este mundo, desde Alaska hasta Australia, desde Hawai hasta Alemania, proclamando las Buenas Noticias de Jesucristo.
¡Qué jornada más vigorizante! En todas estas experiencias nada me ha dado mayor satisfacción que comunicar de pie, independientemente del lugar en que esté, mientras las personas escuchan la verdad de Dios que brota de su palabra que da vida.
En todos estos años y en todos lugares en que me he dedicado a este llamamiento, he aprendido el valor de buenas ilustraciones, ilustraciones interesantes, ilustraciones que capten la atención y aclaren la mente de los que están oyendo; ilustraciones que abren las ventanas, y que iluminan la verdad.
Bajo el rótulo general de ilustraciones incluyo relatos, anécdotas, citas, analogías, incidentes, experiencias, poemas, canciones, momentos de delicia, conflictos que he atravesado, así como situaciones humorísticas en que he estado, que al contarlas más tarde, ayudan a que la verdad cobre vida.
Más veces de las que puedo contar, recuerdo haber usado tales ilustraciones y observar a Dios abrir los ojos y destapar los oídos (para no mencionar ablandar los corazones) de otros, muchos de los cuales estaban decididos y determinados a no darme ni la hora . . . hasta que recibieron el aguijonazo para despertarse y a prestar atención.
Esas experiencias siempre me entusiasman, y a veces me asombran. Una ilustración bien escogida puede transformar un escéptico hostil en un participante interesado. Lo sé; lo he visto suceder.
Muchos de los que escuchan nuestro ministerio radial, Insight for Living en inglés, y Visión Para Vivir en español, me escriben para contarme cómo un ejemplo que usé, o algún relato que conté, captó su atención y les hizo dar media vuelta, espiritualmente. Los miembros de las congregaciones también dicen cosas similares.
La verdad, aclarada mediante el uso de una ilustración, anécdota, relato, o cita precisa, se aplica más rápidamente y se recuerda por mucho más tiempo.
Rara vez me han preguntado: “¿Cómo logró preparar ese bosquejo?” o “¿Cuándo se le ocurrieron esas nociones partiendo de ese pasaje bíblico?”; pero a menudo escucho: “¿Dónde halló esa ilustración?”, e incluso más frecuentemente: “¿Puede darme una copia del ejemplo que usted usó?”
Sabiendo la eficacia y beneficios duraderos de las ilustraciones, he estado haciendo lo que la mayoría de predicadores hacen: reuniéndolas de toda fuente imaginable, luego usándolas como introducciones, para aclarar un punto, o en las conclusiones.
Mi colección llena varios archivadores, y la cantidad aumenta cada año. Se puede apreciar mi deleite cuando hallé por primera vez los comentarios de Salomón en cuanto a esto:
“Y cuanto más sabio fue el Predicador, tanto más enseñó sabiduría al pueblo; e hizo escuchar, e hizo escudriñar, y compuso muchos proverbios. Procuró el Predicador hallar palabras agradables, y escribir rectamente palabras de verdad. Las palabras de los sabios son como aguijones; y como clavos hincados son las de los maestros de las congregaciones, dadas por un Pastor” (Eclesiastés 12:9-11).
Si eso no describe el trabajo del predicador fiel y eficaz, no sé qué lo describiría. ¿Quién puede medir el aguijonazo persuasivo de “palabras agradables” que se han meditado e investigado? ¿Quién mejor que el predicador ha experimentado el impacto contundente de relatos o ejemplos que penetran la superficie del alma y luego martillan la verdad como “clavos hincados”? Y, mejor que todo, cuando la verdad, pensamientos e ideas bíblicas, combinadas con las ilustraciones precisas, son “dadas por un Pastor,” o sea, el Señor Jesucristo mismo, ¿quién se entusiasma más que el predicador, cuyo gozo es comunicarlo a otros?
A la luz de todo esto pareció razonable hacer una pausa en la predicación lo suficiente como para buscar en mis archivos y poner en forma impresa las ilustraciones que he recogido en estas tres y media décadas. Puesto que me han sido de tanta ayuda personalmente, tal vez otros puedan beneficiarse de ellas. Si usted las halla útiles, nadie se deleitará más que yo.