No existe mejor remedio que el coraje. Su poder curativo es capaz de erguir al desanimado, confortar al aflicto, fortalecer al débil y encender las llamas internas de la esperanza. El coraje es como una vacuna con estoque limitado para una enfermedad virulenta y debilitante - nosotros necesitamos mucho más de ella.
El mundo está repleto de des-estimuladores: cuentas bancarias al descubierto, salud deficiente, la perdida de alguien amado, ser omitido en una ascensión, declino físico con el paso de los años, juramentos no cumplidos. Usted probablemente puede pensar en muchas otras fuentes de desestímulo personal para sumar a esta lista.
Entonces, considerando el mundo a nuestro alrededor, parece siempre haber un suplemento abundante de otros factores des-estimuladores: la economía, el terrorismo global, guerras, pobreza, la indiscriminada proliferación de varias formas de abuso, tumultos sociales de todos los tipos.
El peligro de concentrarse sobre estos des-estimuladores es que su percepción puede tornarse como los ojos de la abeja: usted los aumenta desmesuradamente.
Todo se vuelve distorsionado y ¡fuera de proporción! Alguien escribió que “el des-estimulado valora a Dios por su propio modelo encogido y mide el poder infinito por sus finitas aprensiones.”
Cuando en mi propia vida yo estaba deprimido y sintiéndome “mas abajo que barriga de serpiente”, un amigo me hizo la siguiente “prescripción”: cuatro pequeñas “píldoras” para ser tomadas cuatro veces al día, sin fallar: una al levantarme por la mañana; una antes del almuerzo; una antes de la comida y la última inmediatamente antes de ir para la cama en la noche. En caso de un gran desestímulo y sentimiento de fracaso, me dijo que aumente la dosis.
Aunque esté cercado por circunstancias des-estimuladoras y cuando parezca no haber nadie disponible para ofrecer las necesarias palabras de estímulo, la recomendación de mi amigo proporciona una cura segura para aquello que le aflige.
Esta es la prescripción espiritual que recibí:
La primera píldora es: Dé una CORTA mirada a su desestímulo, pero asegúrese de no prestar demasiada atención a lo que no es importante. Rehúsese a permitir que pequeños desestímulos temporarios dominen su pensamiento. “Por qué te abates, OH alma mía, ¿Y por qué te turbas dentro de mi? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.” (Salmos 42:11)
La segunda píldora es: Dé una LIMITADA mirada en sí mismo. Sea parcial a favor propio, buscando encontrar aspectos positivos, aunque sean las situaciones más negativas. “Todos los días del afligido son difíciles; mas el corazón contento tiene un banquete continuo” (Proverbios 15:15)
La tercera píldora es: Mire ATENTAMENTE para Dios, su Padre, porque Él sabe lo que usted necesita, y sabe mejor que usted, como y cuando proveer sus necesidades. “Clama a mi, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces” (Jeremías 33:3).
La cuarta píldora es: Mire de forma AMPLIA a sus posibilidades, mientras escala su “Monte Everest”, o su aparentemente in-transponible obstáculo. Aunque las cosas parezcan sin esperanza, considere las alternativas disponibles. Con Dios, siempre hay esperanza. “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13)
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Extraído y adaptado de “The Challenge” (El Desafío), escrito y publicado por Robert D. Y Rick Foster Robert D. and Robert L. Foster. Publicado con la autorización de “Take Three on Monday Morning” (TTOMM), escrito y publicado por Robert D. and Robert L. Foster. Preguntas y comentarios para 29555 Goose Creek Rd, Sedalia, CO 80135, o lostranch@aol.com - Traducción de Alicia Gonzales Lemos.