¿Nos enseñaría acerca de la zarza ardiendo de su encuentro con Dios? ¿O de la división del Mar Rojo? ¿O de cómo recibió los diez mandamientos? Mejor aún, quizá nos dará conocimientos profundos sobre el liderazgo, como, por ejemplo, ¡de qué manera guiar a dos millones de personas que se quejaban constantemente! ¡hay demasiadas cosas que nos puede enseñar a ti y a mí!
Al final Moisés, el hombre que habló cara a cara con Dios como uno lo haría con un amigo, dice: “Vivan en la zona de la fe, no en la zona de seguridad”.
Salgan en fe
Mientras seguíamos corriendo, Moisés parecía considerar lo que quería decirnos. Finalmente dice: “La historia de la vida de cada persona está escrita con riesgos: unos lo toman y otros lo evitan. Miren mi vida. ¿Creen que hubieran leído mi historia si no hubiera salido de la zona de seguridad?
¿Estuviera incluso hablando con ustedes ahora si no hubiera entrado en la zona de fe? El momento más grandioso en mi andar con Dios llegó en la zarza ardiendo –continuó Moisés-.
La decisión que hice allí ese día escribió los siguientes cuarenta años de la historia de mi vida. ¡Fue una decisión que trajo cada día encuentros con el Dios viviente! Sin embargo, en el momento de la decisión, no fue tan sencillo hacerlo”.
Moisés pasa a describir qué tuvo que vencer a fin de mudarse de la zona de seguridad a la zona de fe.
Moisés venció las experiencias de su pasado
Moisés nació en medio de la incertidumbre, pero después su madre lo puso en las manos de Dios y lo llevó a la hija del faraón, viviendo una vida de comodidades. Creció en la zona de seguridad, el palacio del rey de Egipto. Luego cuando tenía cuarenta años de edad, corrió un riesgo.
Abandonó la zona de seguridad y trató de hacer algo grande por él y por su pueblo. Mató a un egipcio mientras defendía a un compatriota hebreo. ¿Cuál fue el resultado de sus esfuerzos humanos? Faraón trató de matarlo a él por esto y Moisés tuvo que huir hacia lo desconocido.
Durante los siguientes cuarenta años de exilio en el desierto, Moisés nunca olvidó sus experiencias en Egipto. ¡Egipto no era el lugar para él!
Moisés venció las comodidades de su presente
Después que Moisés salió de Egipto, pasó los siguientes cuarenta años en el desierto de Madián pastoreando ovejas. Se acostumbró al estilo de vida en ese lugar. El desierto se convirtió en otra zona de seguridad para Moisés. Jetro lo aceptó en su familia y lo hizo parte de ella. Moisés tomó a una de las hijas de Jetro como su esposa y tuvieron un hijo. Moisés tenía un lugar seguro en los negocios de la familia.
¿Por qué desearía dejar todo eso? Tuvo que forjar una nueva vida para él y, aunque no estaba en el palacio, era muy cómoda. Dejó atrás para siempre a Egipto e hizo una total transición.
Moisés venció la inseguridad de su futuro
Cuando Dios llamó a Moisés a través de la zarza ardiendo y le dijo que abandonara su cómoda situación y regresara a Egipto para cumplir la misión de su vida, se sintió totalmente incapacitado para dirigirla. Estaba inseguro por él y su futuro. Como resultado tenía muchas dudas:
- ¿Quién soy yo para presentarme? (Éxodo 3:11)
- ”¿Qué les respondo si me preguntan? (Éxodo 3:13)
- ¿Qué hago si no me creen? (Éxodo 4:1)
- Me cuesta mucho trabajo hablar (Éxodo 4:10)
Cada vez que Moisés planteaba una objeción al llamado de Dios, él le contestaba con detenimiento. Sin embargo Moisés seguía asustado. “Señor – clamó al final -, te ruego que envíes a alguna otra persona” (Éxodo 4:13).
Afortunadamente para Moisés, Dios no le respondió. Y aunque temeroso, Moisés por fin hizo la única cosa que ayuda cuando tenemos dudas de nuestro futuro: se apoyó en Dios, el único que conoce nuestro futuro en cada detalle. Y al hacer esto, aceptó responder el llamado de Dios, dejó su zona de comodidad y regresó a Egipto. Como resultado, los hijos de Israel se liberaron de las manos del faraón.
Palabras de ánimo de Moisés
Pudimos ver que nuestro tiempo con Moisés llegaba a su fin y, antes que partiera, nos dejó estas verdades:
- Nosotros no dejamos con espontaneidad la zona de comodidad.
- El crecimiento comienza cuando dejamos la zona de seguridad.
- La zona de seguridad nos arrebata nuestros grandes momentos y recuerdos.
Oración de Moisés por nosotros:
Dale a mis amigos un saludable descontento. Sácalos de la zona de seguridad de modo que logren vivir cada día en la zona de fe. Hazlos totalmente dependientes de ti, a fin de que hagan cosas más colosales que ellos mismos. Amén.
Este artículo ha sido tomado del libro:
Corramos con los Gigantes
por John C. Maxwell