"Y cantaban las mujeres que danzaban, y decían: Saúl hirió a sus miles, y David a sus diez miles. Y se enojó Saúl en gran manera, y le desagradó este dicho, y dijo: A David dieron diez miles, y a mí miles; no le falta más que el reino. Y desde aquel día Saúl no miró con buenos ojos a David". 1 Samuel 18:7-9
El rey Saúl era la estrella de su época, el primer potentado de su hora, el hombre más respetado en el reino. Era el elegido de Dios y la bendición para Israel.
David lo admiró tanto que aun cuando el pecado de Saúl socavó su propósito, David continuó respetándolo por lo que había sido. Saúl era el rey y el joven David había dado muerte al gigante para él. Sin embargo, no importa cuánto admiró y respetó David a Saúl, nada pudo alterar el gran propósito de Dios.
Saúl no era del todo malo; simplemente no pudo aceptar cambios. Su gran tragedia es compartida por millones de hombres hoy día: ¡Es la incapacidad de decir adiós a la fuerza que se despide! No permita que el orgullo le robe vida y fortaleza. Goce cada etapa de su vida y cuando Dios dice:
"¡Libéralo!" ¡entonces déselo todo a él!
La barba canosa, la cabeza calva y los tríceps hundidos denotan ciertas realidades que con toda seguridad no pueden ser ignoradas. No son siempre señal de significativa declinación; a veces son mensajeros que confirman nuestra llegada a la etapa en la cual Dios quiere asignamos una nueva tarea. (Él me ha vuelto a encomendar cosas varias veces en mi vida.)
Una cosa es muy cierta para todos nosotros: somos vulnerables al "síndrome de Saúl" en cuanto perdemos la elasticidad y nos volvemos posesivos y temerosos ante el cambio.
Yo digo de mí mismo que soy un "hombre de edad madura bastante joven", pero debo aceptar la realidad de ciertos cambios en mi resistencia, intensidad y perseverancia. (Sí, soy amable conmigo mismo.)
Estos cambios los veo diariamente en casa con mis cinco hijos, cuyo rápido crecimiento es un anuncio público que proclama constantemente mi "progreso" cronológico.
Soy un desganado pero claro contraste con mis hijos mellizos de dieciséis años, cuya masculinidad se está despertando como un gigante dormido.
Su juvenil amanecer es fresco y vibrante y sus reflejos completamente agudos. ¡Cuando se levantan por la mañana parecen recién salidos del gimnasio después de haber recibido un masaje! Cuando yo me levanto, mis huesos suenan como el crujiente cereal que tomaba de niño en el desayuno, ese que hacía "crack, splat, pop".
Me consuela saber que después de unas cuantas estiradas y todo lo demás que tengamos que hacer cada uno y que no voy a exponer acá, logro poner mi cuerpo "maduro" en movimiento.
Cuando mis hijos mayores me retan a hacer una serie de saltos mortales después de la cena, sonriendo sabiamente les digo: "No puedo hacer algo que nunca hice". ¡Y en esta etapa necesito tener una razón más valedera que la que tenía a la edad de ustedes!
En serio, sería tonto competir con mis exuberantes jóvenes hijos. No he sido llamado a competir con ellos; he sido llamado a cultivarlos. Solamente puedo estar cómodo con esta situación si he aprendido a apreciar las diferentes etapas de la vida. Comprendo que esta etapa tiene sus ventajas y sus desventajas respecto a otras etapas de mi vida.
Pocas cosas son más patéticas que la vista de un anciano arrastrando su bastón fuera del garaje para entrar en un Corvette nuevo. El coche es demasiado rápido para la mano que lo controla. ¡Así de ridículos parecemos cuando fallamos en apreciar adónde estamos y qué debemos hacer en esta etapa particular de la vida
Las habilidades físicas y mentales varían de persona a persona, pero nunca tema redefinir sus prioridades. Aprenda a apreciar las diferentes etapas de la vida en vez de temerlas. No es un pecado desear un Corvette en su edad madura, pero pueda que no fuese el más sabio deseo a perseguir. ¡La sabiduría aconseja que sena mejor ser paseado en un coche deportivo que manejarlo a los noventa!
Edades y etapas
¿Cuán viejo es viejo? ¿A qué edad somos ancianos? No se lo puedo decir, y cuando sea viejo, probablemente no lo quiera saber. Mi abuela, que se está acercando rápidamente a su cumpleaños número cien, me dijo una vez: "¡Mientras puedas levantarte de la silla sin tener que pensarlo media hora antes, no eres viejo!" Su mayor preocupación es ser inoperante.
Algunas personas envejecen sin ponerse viejas. Se resisten a la tentación de volverse anticuados sin ser ridículos. Se visten y actúan apropiadamente para su edad y condición física pero se niegan a secarse.
Estos no son los hombres que persiguen a las jovencitas solamente para quedarse dormidos con el olor al aceite de fricciones en el dormitorio. Son hombres que encontraron riqueza en cada etapa de sus vidas y desarrollaron aprecio en cada etapa de sus vidas.
Puedo hacer ciertas cosas como hombre que mis hijos no pueden hacer. Disfruto la independencia y la capacidad de tomar mis propias decisiones. Soy demasiado viejo para ser un niño, pero aún soy demasiado joven para ser un anciano.
Esta etapa intermedia de la vida me permite sentarme al lado del fuego con los mayores, observando desde su perspectiva y sabiduría y disfrutar las posibilidades de jugar a la pelota con los jóvenes sintiendo el fuego de su entusiasmo.
También mis hijos están disfrutando sus edades. Son provistos sin tener que proveer. Para ellos la vida es una perla, aún anidada en su ostra protectora. ¡Tienen la excitación de lo inexplorado y están intoxicados con el erróneo sentimiento de ser inmortales! Asimismo están embriagados con los planes y emocionados con las promesas de gente de la que yo tengo mis recelos y no estoy muy inclinado a creerles.
Su idea de tener un buen día es poder tener las llaves de mi auto en sus manos. ¡Mi idea de tener un buen día es que me envíen el título de propiedad del coche informándome que está totalmente pago
Los hombres más viejos gozan de ciertas cosas que no puedo gozar ahora. Pueden rechazar las tareas diarias y asuntos de la crianza de los niños en su hogar (aunque el amor de padres nunca nos permite estar completamente libres de estos enredos de padres). Si fueron sabios, pueden darse el lujo de unas largas vacaciones o retiro. Ellos entraron a una etapa de sustento completamente apartada de la lucha diaria.
Es tonto llegar a esta etapa madura y embestir la vida en vez de simplemente gozarla. Los hombres que son sobrevivientes maduros y victoriosos se convierten en testimonios para los hombres más jóvenes y para los mayores que pronto entrarán ellos mismos en esta etapa de madurez. No somos adversarios; simplemente somos hombres corriendo la misma carrera en diferentes etapas y diferentes pistas. ¡Déjenos permanecer en nuestra pista y correr!
Los cuerpos de los hombres que se fueron antes que nosotros han cambiado, pero sus éxitos Pasados y su fecundidad los hacen monumentos vivientes de excelencia y entereza. Ellos son trofeos.
Tienen sabiduría y nos contemplan a través de sus Ojos arrugados con sonrisas que reflejan Orgullo y fuerza latente. Son leones viejos sobreviviendo calmadamente al mundo desde un rincón apartado, o caminando por la vida con sabiduría adquirida a través de décadas de buenas y malas decisiones. ¡Los necesitamos!
Cada etapa de la vida tiene sus propios desafíos y su potencial. En algún lugar próximo, en otra etapa está la sonrisa de contentamiento que voy a exhibir si he manejado correctamente la etapa presente. Es la sonrisa que proviene del saber que tuve mi día y lo viví con plenitud.
Me levanté a golpear y le di fuerte y corrí rápido. Es la sonrisa que nace de la satisfacción del cumplimiento. No Podemos parar el tiempo. Todo está en movimiento. Las estrellas de cine de ayer no nos divierten ya de la manera en que lo hacían antes.
La opinión pública es inconstante, y como ya han descubierto consternados muchos famosos caídos, ¡la gente cambia de opinión respecto a usted en un instante! En un momento acuden en tropel a aclamarlo y al día siguiente lo quitan precipitadamente para poner a otro en el trono. ¿Quiere un buen consejo? No tome demasiado en serio la opinión de la gente.
Saúl luchaba con los antojos de la gente. Estaba acostumbrado a sus alabanzas, pero la multitud que una vez rugió por él ahora aplaudía a otro. El enemigo con frecuencia usa nuestro yo en contra nuestra cuando pasamos por la puerta de una etapa a la otra.
Contrario a Saúl, usted y yo necesitamos prepararnos financiera, espiritual y emocionalmente para el mañana. Pólizas de seguro de vida, testamentos, planes de retiro y de inversión son las herramientas del visionario que entiende que las estaciones no se detienen. Necesitamos ser buenos mayordomos de nuestra fuerza y usar nuestro "día de sol" para el día lluvioso.