Los resultados surgen de las acciones. Esto parece obvio en el terreno de la física. La tercera ley del movimiento de Sir Isaac Newton declara que por cada acción existe una reacción opuesta e igual.
Hay dos clases de personas en este mundo: las que quieren que las cosas se realicen y las que no quieren cometer errores. Sin embargo, en el terreno humano muchas personas no hacen esa conexión. Sencillamente esperan tener buenos resultados.
La esperanza no es una estrategia. Si quieres buenos resultados, necesitas realizar buenas acciones. Si deseas realizar buenas acciones, necesitas tener expectativas positivas. Para tener expectativas positivas, tienes que creer primero. Todo llega a ese punto.
La conocida celebridad de radio Paul Harvey dijo: «Si no lo vives, no lo crees».
Todo comienza con creer en sí mismo. Una actividad popular para los turistas en Suiza es escalar montañas, no la clase de escalada que hacen los montañistas en los picos más altos del mundo. Quizás sea más correcto llamarlo caminatas de alta altura.
Los grupos salen de un «campamento base» temprano en la mañana con la intención de lograr llegar a la cima de la montaña a la mitad de la tarde.
Hablé con un guía acerca de sus experiencias con esos grupos y él describió un fenómeno interesante. Me dijo que en la mayoría de esas expediciones, el grupo se detiene a mitad del camino donde los escaladores pueden comer, descansar y prepararse para la última parte de la rigurosa escalada.
Invariablemente, algunos miembros del grupo optan por el calor y la comodidad del lugar de descanso donde se encuentran y deciden no continuar hasta la cima. Cuando el resto del grupo se va, los que se quedan se sienten felices. Es una fiesta, pero cuando las sombras comienzan a caer, muchos se acercan a la ventana mirando a la montaña y el lugar se vuelve callado mientras esperan que los escaladores regresen.
¿Por qué sucede eso? Se dan cuenta que han perdido la oportunidad especial. La mayoría de ellos nunca regresarán a esa parte del mundo. No podrán tener la oportunidad de escalar esa montaña otra vez. Perdieron su oportunidad.
Lo mismo sucede con las personas que no aprovechan su talento al máximo, que no creen en sí mismos y en su potencial, que no actúan por lo que creen ni aprovechan lo máximo de cada oportunidad. ¡No permitas que esto te pase a ti! Vive la vida para la cual fuiste diseñado.
Intenta verte a ti mismo como debieras ser, y luego haz todo lo que sea posible para creer que puedes convertirte en esa persona. Ese es el primer paso importante para convertirse en una persona extra talentosa.
Extracto del libro Talento nunca es suficiente por John Maxwell