"Y después de reflexionar, reprendí a los nobles a los y gobernantes". (Nehemías 5:6).
La Biblia hace la siguiente paráfrasis de estas palabras: "Después de pensarlo, hablé con estos ricos funcionarios del gobierno"
Los funcionarios del gobierno eran los que les estaban robando a todos los demás. La palabra hebrea usada aquí significa literalmente <
La primera reacción de Nehemías fue enojarse, pero sostuvo una larga charla consigo mismo antes de actuar como consecuencia de ese enojo.
Se buscó un lugar para estar a solas con Dios, oró acerca de la situación y reflexionó mucho sobre ella. Sabía que necesitaba tener la perspectiva correcta.
Cuando el enojo se basa en las emociones puede hacer mucho daño. Nehemías planeó su respuesta y la consultó con Dios. "¿Qué quieres que les diga, Señor?" Y habló extensamente consigo mismo.
Algunas veces, el líder necesita conversar consigo mismo, en lugar de empeorar la cuestión involucrando a otra persona. Necesitamos comprender qué provocó nuestro enojo.
Antes de actuar con enojo, aparta algún tiempo para reflexionar sobre el problema y pensarlo bien. Cuando estamos enojados, nuestra primera reacción suele ser equivocada.
¿Has cometido alguna vez ese error?
Tú tienes que enojarte solo cuando veas que el egoísmo obstaculiza o daña la obra de Dios, esas son las cosas que te deben enojar.
Sin embargo, que debes cerciorarte de que te tomas el tiempo necesario para orar y pensar antes de hablar… De lo contrario, tal vez tengas que lamentarte de haber hablado.
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Santiago ofrece el antídoto. No es una contradicción; lo que hace en realidad es aclarar la indignación de Pablo: <
Cuando nos enojamos con la ira de Dios, actuamos con justicia. Nuestra actuación no comprende ninguna venganza personal.
No te enojes porque te hayan herido, irritado, frustrado o desilusionado. Esa es la clase incorrecta de ira: la ira egoísta. No siempre la gente va a estar a la altura de nuestras expectativas, pero eso no es razón para una ira injusta.
Al fin y al cabo, Dios ya sabe que lo vamos a desilusionar y a pesar de eso, nos sigue amando.
Enójate con la ira de Dios, y no con la tuya propia.
"Cuando estamos enojados, nuestra primera reacción suele ser equivocada."
"Cuando nosotros nos enojamos, actuamos para vengarnos. Cuando nos enojamos con la ira de Dios, actuamos con justicia"
Si estas siempre listo para escuchar y eres lento para hablar, entonces va a ser natural aquello de ser "lento para la ira".
Y después de haber pensado bien las cosas, la ira que tendrás va a ser una ira justa. Te alegraras no haber dicho lo primero que te vino a la mente. La ira impulsiva siempre te mete en problemas.
He visto cómo muchos líderes, que por otra parte eran excelentes, dañan su eficacia a causa de una reacción impulsiva de ira momentánea.
Reflexione antes de hablar. Enójate con la ira de Dios, y no con la tuya propia.