El liderazgo juvenil efectivo es el complejo resultado de una diversidad de factores. Lejos del estereotipo de líder juvenil hombre, joven, gracioso, que toca la guitarra, es seminarista y tiene camioneta, las siguientes señales acompañan a cada líder juvenil efectivo:
Señal 1: Llenos del Espíritu Santo
Ser llenos del Espíritu Santo es condición obligatoria para ser un cristiano efectivo. Pero en el caso del líder si no somos llenos del Espíritu de Dios, nuestra consejería se limitará a manejar recursos humanos que no podrán satisfacer plenamente las necesidades de los jóvenes en conflicto.
La espiritualidad del líder juvenil es fácilmente discernible para los adolescentes, ellos están mirando de cerca si lo que dicen los líderes lo viven.
Si pretendemos acompañar a los adolescentes a la madurez en Cristo, eso es imposible de hacer si nosotros mismos no cultivamos una relación de dependencia con el Espíritu de Dios.
Señal 2: Tienen un Sentido de Llamado
El ministerio juvenil es tan transcultural como cualquier ministerio a otra geografía. Involucra cambios de lenguaje, diferentes vestimentas, música, danzas exóticas y distintas presuposiciones morales.
Si aquellos que se disponen a participar del ministerio con adolescentes no tienen un llamado claro a trabajar con ellos ocurrirá que se sentirán muy pronto miserables o harán sentir miserables a sus adolescentes. Tener la convicción de que Dios es quién nos ha convocado es la única fuente de afirmación donde deberíamos depositar nuestra confianza.
Hacen falta líderes que sepan que han sido llamados por Dios a invertir en esta generación más allá de los aparentes resultados o de las expectativas de personas de otros ministerios.
Señal 3: Están Preparados para la Tarea de Aconsejar
La juventud es un tiempo de muchas preguntas. La posmodernidad ha complejizado la dinámica adolescente, los cambios se han exagerado y los mensajes contradictorios abundan. Por eso, es necesario que aquellos que lideran jóvenes tengan respuestas seguras.
Los líderes efectivos están preparados para la tarea de dar consejos comprometidos y sabios. Para hacerlo se preparan para hacer una consejería efectiva. Pero un condimento que no puede faltar es ser “confiables.” La confiabilidad es parte inherente a la capacidad de aconsejar y a la posibilidad de entablar una relación personalizada.
Señal 4: Están Actualizados respecto a la Cultura Joven
Las diferentes tribus adolescentes tendrán diferentes características en sus gustos musicales, en su vestimenta y en su lenguaje. Desconocer sus ondas equivaldrá a desinterés por saber qué los atrae. Los líderes sobresalientes están atentos y una manera de lograr esta actualización es observarlos en los lugares donde ellos se juntan. Otra manera es preguntarles.
Los jóvenes se sienten importantes cuando se les pregunta y por eso, sacar a los jóvenes del templo y llevarlos a lugares públicos a hacer cuestionarios acerca de gustos y tendencias culturales no solo sirve a los líderes para estar actualizados sino que es una excelente actividad que los chicos agradecerán.
Señal 5: Trabajan en Equipo
Los líderes juveniles efectivos entienden que Dios capacitó a su cuerpo con distintos roles y dones (1 Corintios 12:4-30) y que es tarea del líder equipar a otros para la tarea del ministerio (Efesios 4:12). Pero si el anhelo de un ministerio juvenil es multiplicarse, hace falta mayor mano de obra.
El líder sobresaliente reconoce esto y dedica buena parte de su tiempo a reclutar voluntarios. Ellos no necesitan solo líderes atléticos que sepan tocar la guitarra y sean extrovertidos. Los mejores equipos son los que tienen una buena dosis de diversidad de intereses, personalidades y edades.
Señal 6: Incluyen a los Padres
Los líderes no deberían ponerse en situación de competencia con los padres sino aprender a trabajar juntos. La adolescencia también les llega a los padres aunque en un rol diferente. El punto clave es la llamada “brecha generacional.” Ser adolescente hoy no es lo mismo que haber sido adolescente en los setenta.
La presente generación no puede desarrollarse positivamente sin el marco de estabilidad, comprensión y amor incondicional que los padres deben brindarles. Trabajar con los padres no siempre es fácil pero los líderes efectivos se esfuerzan en lograr sumar al equipo de trabajo al menos a algunos padres que enriquezcan el ministerio con una imagen de familia y le de a otros padres mayor credibilidad.
Señal 7: Se Especializan
Los jóvenes necesitan líderes preparados. Ellos se merecen un liderazgo que pueda articular una filosofía ministerial sensata, puedan interpretar las escrituras desde el contexto contemporáneo, entiendan las realidades interiores propias de la edad, sean creativos, suficientemente críticos y puedan comunicar visión y organizarse.
Los líderes juveniles sobresalientes se toman su trabajo muy en serio, se compran libros de ministerio juvenil, consiguen diversos materiales y estudian dedicadamente cómo ser cada vez mejores líderes.