
ÁRBOL DE VIDA
"El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios."
Apocalipsis 2:7
Si tenemos nuestros oídos espirituales abiertos, escucharemos, respetaremos, guardaremos y obedeceremos lo que Dios advierte en los primeros capítulos de Apocalipsis, donde habla a las Iglesias y aunque se refiera a aquellas siete iglesias del Asia Menor del primer siglo, el mensaje es extensivo a la Iglesia en todas las edades.
La Iglesia de esta época, nuestra Iglesia contemporánea, necesita una profunda reforma y renovación en el Espíritu Santo y en la Palabra de Dios. Necesitamos reencontrarnos con el Evangelio de Jesucristo original, con la enseñanza bíblica pura y verdadera, exenta de tradiciones humanas y cientos de creencias y supersticiones que hemos añadido a la fe de Jesús.
Si salimos victoriosos en este desafío que hoy Dios pone ante nosotros, nos dará a comer del Árbol de la Vida. Aquel árbol estaba en el centro del paraíso y representa a Jesucristo, Árbol de Vida, centro del Evangelio y centro de nuestra fe. Cristo está en el centro de nuestro corazón y vida; por eso se dice que un discípulo de Jesucristo es cristocéntrico.
Nuestra naturaleza humana siempre nos impulsa a satisfacer el ego, el yo, mas Jesús nos dice: "Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame." (Mateo 16:24)
Deseo al término de mi vida evaluar que he sido victorioso en Cristo sobre toda mis debilidades porque Cristo y su Espíritu Santo me han dado la fuerza para vencer y estaré preparado para alimentarme eternamente de Él, el árbol de la vida.