
Hecho Justo por la FE
"Luego vino a él palabra de Jehová, diciendo: No te heredará este, sino un hijo tuyo será el que te heredará. Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia. Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia." (Génesis 15:4-6)
Abraham temía que al morir todos sus bienes los heredara un siervo suyo, el mayordomo Eliezer que era un extranjero y ni siquiera de su sangre. Pero el Señor de inmediato le calma esa ansiedad y le entrega una esperanza tremenda, le dice que su descendencia va a ser enorme, como el número de las incontables estrellas del firmamento.
Al recibir esta revelación, Abraham reacciona del mejor modo, creyendo absolutamente lo que Dios le dice. Esa FE bastará para que Dios lo acepte como un hombre justo, "Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá." (Romanos 1:17)
Muchas personas tienen la preocupación que tenía el patriarca: ¿Qué pasará con sus bienes cuando ellos mueran o qué pasará más adelante en sus vidas? Este deseo de controlar todas las cosas es muy humano.
Olvidamos que el Único que tiene el control de nuestras vidas es Dios. Si a Él le apetece que nuestra herencia sea aprovechada de una forma muy útil, así lo hará. O si Él desea que terminemos nuestra vida trabajando en algo totalmente distinto a lo que estudiamos, así sucederá. No podemos controlar todas las cosas sino que debemos descansar y confiar en Dios.
Confiemos a Dios toda obra de bien que hagamos: la crianza de los hijos, el trabajo que hemos desarrollado, los servicios que hemos hecho, las amistades que hemos cultivado, los dones y talentos que hemos puesto en práctica, la misión cumplida en la iglesia, las personas que hemos ayudado, aconsejado u orado por ellas.
Todas estas obras entreguémoslas a Dios y Él las fructificará en muchas vidas bendecidas, renovadas, convertidas a Él. Tu siembra tendrá un producto si la has hecho para Dios y muchas nuevas estrellas brillarán en tu firmamento.
Solemos pensar que Dios nos acepta por nuestras obras y buen comportamiento, y que nos rechaza si nos portamos mal. A veces pensamos que debemos hacer muchas cosas buenas para agradar a nuestro Padre Celestial y no nos envíe al Infierno. Creemos que nuestra relación con Dios es como un negocio o empresa en que si realizamos ciertos trabajos, Él nos pagará con la salvación eterna.
Si pensamos así, estamos profundamente equivocados pues:
"por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe." (Efesios 2:8,9) No es por obras para que nadie se gloríe o envanezca. Nuestra relación con Dios se basa exclusivamente en la fe pues:
"sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan." (Hebreos 11:6) Dice el texto "Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia."
La justicia de Abraham para Dios no consistió en que fuera generoso con Lot y después lo salvara de su cautiverio, sino que le creyera a Dios. La fe de Abraham fue lo que hizo justicia en él y que Dios lo considerara un hombre justo.
Usted también podrá ser considerado justo por Dios cuando deposite toda su fe en Él, cuando renuncie a esos esfuerzos personales por agradarlo y gane el Cielo sencillamente por creer en Dios, en lo que enseña y en Sus magníficas promesas.