Dios nos dará la oportunidad de servir y luego mirará nuestra actitud para ver cómo lo hacemos. Jesús nos dio un ejemplo del servicio lavándoles lo pies a los discípulos y diciéndoles: “Debéis lavaros los pies los unos a los otros, como yo lo he hecho”.
Algunas personas no pueden servir porque no conocen quiénes son en Cristo. Sienten que deberían hacer algo importante, o sienten que no valen nada. No llegan a ver el valor de hacer lo sea que se les llame a hacer, no importa cuán común o mundano pueda parecer.
Necesitamos estar dispuestas a hacer lo que Dios quiere que hagamos, acostumbrarnos a hacerlo como El quiere que lo hagamos, para que pueda utilizarnos.