Una reflexión de Yesenia Then sobre el valor de una oportunidad. Todos nosotros en algún momento de nuestra vida hemos perdido oportunidades muy buenas que se nos han escapado por alguna razón.
Ana acudió a la casa del Señor dispuesta a orar. Entendió que para mover la mano de Dios, no solo debía orar sino que era necesario que su ruego estuviera acompañado de una ofrenda. Hizo voto a Dios. Prometió que si le daba el anhelado hijo, se lo entregaría.
¿Alguna vez se ha acercado a determinada persona y se ha sentido incómodo o intranquilo? Algo en usted dice: Mantente alejado. Es problemático. Esas no son simplemente malas vibras. Ese es el Espíritu Santo advirtiéndole.