
Una Mujer Excepcional
Vale más la buena fama que las muchas riquezas, y más que oro y plata, la buena reputación. El rico y el pobre tienen esto en común: a ambos los ha creado el Señor. Proverbios 22:1-2
¿Tienes alguna amiga a la que consideres excepcional? ¡Quizás tus amigas opinan eso de ti! Una mujer de gran valor se destaca de muchas maneras. Sabe el valor absoluto del respeto, por lo que da y recibe respeto de todos los que la rodean. ¿Cómo lo hace?
Las Escrituras dicen que el respeto y la buena reputación son más valiosos que la plata o el oro.
Cuando tienes respeto por una persona hónralas, y al hacerlo puedes ver la luz de Dios en su interior. Proteges sus sueños y planes y le ofreces una mano de ayuda siempre que puedes. Si es necesario, resguardas su reputación y reconoces su valor.
Una mujer de valor también reconoce su propia valía, porque sabe que es lo que es por medio de la gracia de Dios, y que la huella de la mano de Dios en su vida la hace única y, sí, ¡excepcional!
Las Escrituras dicen que el respeto y la buena reputación son más valiosos que la plata o el oro. Cualquiera puede tener dinero, pero no es tan fácil ganar el respeto de los demás. Para el mundo, el dinero es la medida que determina el respeto.
Si una persona tiene mucho dinero, asumimos que es digna de respeto. Si es pobre, asumimos que no ha tomado buenas decisiones en la vida, o que tal vez no merezca nuestro respeto.
Dios creó a ambas personas. Como mujer de valor, cuando ves la luz de Dios reluciendo desde el interior de alguien, sabes que esa persona es digna de honor y respeto. ¡Dios la ha escogido para que sea excepcional, y también te ha escogido a ti!